Un estudio reciente liderado por Arduino Tomasi, investigador posdoctoral de la Universidad de Chicago, ha sacudido a la opinión pública al revelar la existencia de 7.379 muertes indeterminadas en Ecuador durante el gobierno de Rafael Correa.

Tomasi, un ecuatoriano con un doctorado en economía, estableció estas cifras alarmantes mientras analizaba datos del Registro de Defunciones Generales y observó un aumento significativo en las muertes violentas de intención no determinada, que superaron a las muertes por homicidio en 2014.

“Estas cifras emergen cuando la tasa de homicidios disminuía, lo que resulta inusual. A partir de la salida de la base de Manta en 2009, la tendencia se invierte y estas muertes comienzan a subir”, explicó Tomasi en una entrevista en el programa Vera A Su Manera. El investigador sugiere que la caída en las incautaciones de cocaína, tras la salida de la base, pudo haber contribuido a este fenómeno, indicando una posible reducción en los esfuerzos antinarcóticos que permitió que el narcotráfico floreciera y con él, la violencia.

El estudio también apunta a que estas muertes se concentraron en las rutas del narcotráfico, particularmente en la frontera norte con Colombia. “El narco se mueve y cuando lo hace, mata”, enfatizó Tomasi, quien ha recibido ataques personales en lugar de críticas basadas en evidencia científica.

El dolor que estas muertes han dejado en las familias ecuatorianas fue evidenciado por los testimonios de Germán Gordillo y Alexandra Córdova, padres de Roy Gordillo y David Romo, respectivamente, quienes aún buscan respuestas sobre la desaparición de sus hijos. Gordillo narró cómo su hijo, desaparecido en 2017, fue avistado recientemente en un centro comercial en Guayaquil, pero las autoridades no han dado seguimiento al caso.

“Es desgarrador ver cómo nuestros hijos desaparecen y las respuestas nunca llegan”, señaló Córdova, madre de David Romo, desaparecido hace más de una década. Estos casos, que permanecen sin resolver, reflejan un problema más profundo en el manejo de la justicia y la seguridad en Ecuador durante ese periodo.

La investigación de Tomasi, que arroja luz sobre estas muertes indeterminadas, plantea serios cuestionamientos sobre las políticas de seguridad implementadas durante el gobierno de Correa, y sugiere la necesidad de una revisión exhaustiva de los casos de violencia no esclarecidos en el país.