La reconocida jurista colombiana Catalina Botero, representante de la Comisión Internacional de Juristas, ex Relatora para la Libertad de Expresión de la CIDH y apasionada defensora de los derechos humanos, en entrevista con Ecuadorenvivo.com, levanta su voz de alerta sobre la represión que el régimen de Nicolás Maduro ejerce contra decenas de miles de venezolanos que se mantienen en las calles, en apoyo a los líderes de la oposición María Corina Machado y Edmundo González, para exigir que acepte su derrota en las urnas.
Botero insta a los gobiernos que todavía tienen un canal de comunicación con Maduro para que le adviertan sobre el altísimo costo si no da paso a una transición pacífica. Expresa su preocupación por los más de 2.500 ciudadanos apresados en las protestas iniciadas el 29 de julio pasado, entre los cuales, al menos 12 son periodistas.
Exhorta a la comunidad internacional a elevar la presión para que la dictadura llegue a su fin en Venezuela. Aquí un extracto de la entrevista que puede verla completa en nuestro canal de YouTube.
- ¿Cuál es su diagnóstico sobre la situación que vive Venezuela, sobre los derechos humanos en general y de los periodistas, tema sobre el que participó usted en una audiencia realizada este miércoles (28 de agosto) en el Congreso de Colombia, su país?
Fue una audiencia para hablar de los resultados electorales y del contexto de los derechos humanos en las protestas, después de las elecciones. El Centro Carter explicó las razones por las cuales considera que el resultado que ha presentado el Gobierno de Venezuela no tiene fundamento y, por lo tanto, no se puede declarar que hay un ganador, en la medida en la que no hay una información oficial fundamentada. La Misión de Observación Electoral de Colombia hizo un análisis forense y mostró las razones por las cuales considera que las actas que muestra la oposición son integrales, porque cuentan con los distintos candados… Yo hablé sobre la situación de los derechos humanos después de las elecciones.
- ¿Qué informó al respecto?
Fui muy clara al señalar que todo lo que estaba diciendo o haciendo era recoger la voz de la gente en Venezuela que, de manera muy valiente, con un enorme coraje, está documentando meticulosamente lo que está pasando y que nosotros teníamos la obligación moral de contar lo que esas personas, de forma rigurosa, estaban documentando.
- Luego de las elecciones del 28 de julio, más de 2.000 personas han sido arrestadas; de ellas, al menos una docena serían periodistas. Si bien, una de las características en Venezuela, desde hace 25 años, es la falta de transparencia, ¿Qué se sabe sobre los detenidos?
Primero pongámoslo en contexto. El Gobierno señaló que había arrestado a más de 2.000 personas, a quienes les daría el máximo castigo. Así lo dijo, sin que haya un juicio de por medio. El Gobierno no tiene competencia para decir ese tipo de cosas, pero claro, las capturas masivas buscan amedrentar a la gente para que no salga y han conducido a limitar su derecho a la libertad de expresión, porque la protesta es una forma de ejercer el derecho a la libertad de expresión, que se les está violando. Además, se han producido capturas selectivas a miembros de la oposición, a personas que prestan apoyo a la oposición, a personas como el abogado o el motorizado, para que la oposición esté completamente sola, a las personas que han utilizado sus redes sociales para denunciar los crímenes cometidos por el Estado. Hay 12 periodistas detenidos por hacer su trabajo, el Gobierno no ha mostrado ninguna prueba de que estuvieran cometiendo actos delictivos… No quiere que esas personas cumplan su deber de informar a la población sobre lo que está pasando. A una periodista se la imputó por terrorismo, pero la dejó irse para su casa, pero hay 11 periodistas detenidos en condiciones absolutamente infrahumanas. Las cárceles en América Latina, en general, son inadecuadas, pero en Venezuela son un infierno. Con las capturas masivas, estos periodistas no tienen derecho a ver a sus familias, no tienen derecho a escoger al abogado, van a ser juzgados por terrorismo por unos tribunales que no tienen ninguna independencia…
- En ese escenario, ¿es posible lograr una salida negociada con Maduro… ¿El Congreso de Colombia hará algo con la información que presentaron?
Solo fue una sesión informativa, pero fue importante porque hay gente que no quiere ver lo que está pasando, gente que tiene una moral muy selectiva: se indigna cuando violan los derechos humanos de las personas que se parecen o que piensan como ellos, pero son completamente indiferentes a las violaciones de derechos humanos de personas que no piensan como ellos.
- ¿Qué pueden hacer los países y los gobiernos que exigen una salida democrática?
Hay que poner en evidencia lo que está sucediendo, para que ese doble rasero moral también quede en evidencia, eso fue importante. En segundo lugar, las personas están más concentradas en el problema electoral y menos concentradas en las violaciones de derechos humanos, que han seguido a la cuestión electoral, que son una respuesta del Gobierno a lo que todo parece indicar que fue una derrota evidente de Nicolás Maduro y su respuesta ha sido una violación gravísima, masiva y sistemática de los derechos humanos.
- ¿Qué se puede hacer en concreto?
Es fundamental que se mantenga un canal de diálogo para que haya una solución negociada, no veo otra salida… El Gobierno y, lamentablemente, la cúpula del Ejército, el señor Padrino (López) tienen una red criminal muy bien apuntalada. Para que se vayan es fundamental que la presión aumente, pero también es fundamental que haya un canal de diálogo, para que no ocurra lo de Nicaragua: se cierran, se bloquean, porque tienen el apoyo de otros estados que no son autoritarios y lo que se hace es un daño profundo a la sociedad venezolana. La comunidad internacional tiene que aumentar la presión, tiene que visibilizar lo que está pasando, tiene que mostrar lo que la gente está, de manera valerosa, informando. Y, al mismo tiempo, tiene que haber una especie de canal de comunicación con ese Gobierno para lograr una solución, ojalá pacífica y negociada.
- ¿Qué tipo de presión debería ejercer la comunidad internacional considerando que se ha buscado una salida por vías diplomáticas? Hay múltiples resoluciones, se ha hablado de crímenes de lesa humanidad, pero no ha dado resultado.
No se me ocurre otra salida, no creo que haya salidas distintas a una negociada. Hay gente que plantea otras propuestas, yo no creo que puedan tener lugar…La Corte Penal Internacional tendría que imputarles los crímenes que están documentados y claramente violan el Estatuto de Roma. En la resolución de ayer (miércoles 28 de agosto de 2024), todos los países que todavía pertenecen a la OEA, pidieron a Maduro que mostrara las actas, que permitiera la verificación, la auditoría por parte de personas independientes y hablaron de los derechos humanos, de crímenes, de terrorismo de Estado. Hay que mantener la presión, seguir hablando de Venezuela, seguir documentando los crímenes, seguir mostrando las atrocidades porque no hay otra palabra para describir lo que están haciendo las autoridades venezolanas contra el pueblo. La presión internacional puede aumentar los costos para que estas personas permanezcan en el poder, pero, al mismo tiempo, hay que disminuir los costos de salida, hay que darles alguna salida.
- ¿A pesar de todo, hay que darles una salida negociada?
Cuando hay crímenes como los cometidos por los gobernantes en Venezuela contra todo un pueblo, contra millones de personas a las que han dejado en la más absoluta pobreza, gente que ha tenido que irse exiliada, destrozaron un país y se robaron varias bonanzas petroleras, porque esta gente es muy muy rica. Entiendo que hablar de salidas negociadas duele, pero en mi país (Colombia) hicimos una negociación con una guerrilla que había cometido crímenes atroces, pero esa era la salida. Había seis mil o siete mil personas armadas, la única salida era hacer una negociación y se hizo. Hay mucha gente a la que no le gustó, yo creo que era la única manera. Por las malas, no iba a ganar la guerrilla ni iba a ganar el Estado colombiano. Eso es lo que creo que hay que hacer con este grupo criminal que ostenta el monopolio de la fuerza en Venezuela.
- ¿Qué señales hay de que esa salida negociada vaya aterrizando en hechos concretos, porque Maduro y su grupo controlan todas las instituciones estatales, incluidas las electorales y de justicia?.
No soy quién para decirle a la sociedad venezolana lo que tiene o no tiene que hacer. Yo hablo de la experiencia de un país que tuvo décadas de guerra y que, a través de una negociación, logró desmantelar a una guerrilla muy poderosa. Hablo desde la experiencia de lo que ha sido la justicia transicional en muchos países, porque no veo otra salida, pero son los venezolanos y las venezolanas los que tienen que decidir. El problema es que hay un gobierno autoritario, que, según toda la evidencia disponible, acaba de perder de manera abrumadora las elecciones en Venezuela, que no tiene ningún apoyo popular, tiene menos del 30% y una parte muy importante es gente que ha sido obligada a votar por el PSUV. O sea, no tiene ningún apoyo popular, lo único que puede hacer para mantenerse es reprimir. La mirada de la comunidad internacional, yo creo y espero que limite la represión que se está produciendo ahora, que es brutal, es la peor en lo que ha corrido el siglo en Venezuela… Los reportes de Armando Info y de la Misión de Naciones Unidas sobre Venezuela son desgarradores.
- Entonces, ¿hay esperanza de una salida democrática…?
Yo esperaría que los gobiernos, por eso hay que hacer presión dentro de los gobiernos que todavía tienen un canal de comunicación con Maduro, logren forzar la salida democrática, logren convencerlos del altísimo costo que supone para ellos no hacer una transición pacífica.
- ¿Qué piensa sobre el rol de María Corina Machado y Edmundo González, quienes han consolidando la unión de todo un pueblo, como nunca antes se ha manifestado en Venezuela. ¿Es una señal de que debe llegar el fin del régimen dictatorial?
El pueblo venezolano está haciendo lo que tiene que hacer, con un costo altísimo. Se los llevan presos, los asustan, los estigmatizan, los criminalizan. La nueva aplicación que sacaron hace unos meses, supuestamente para que la gente la descargue en su teléfono para denunciar fallas en servicios públicos, que en Venezuela son permanentes, en realidad es que el Gobierno les está pidiendo que denuncien a sus vecinos, que los delaten por no estar de acuerdo con ellos. Eso es un crimen en este momento en Venezuela. La gesta de la gente ha sido tan impresionante, tan valerosa, tan esperanzadora, que yo creo que hay que seguirlos apoyando desde afuera, todo el tiempo que sea y de todas las maneras posibles.
Lea mañana la segunda parte de la entrevista de Ecuadorenvivo.com con Catalina Botero. Analiza la situación de la libertad de expresión en América Latina y la deuda que tienen los Gobiernos con la implementación y el financiamiento de mecanismos de protección para periodistas, en momentos en los que enfrentan la arremetida del narcotráfico y la narcopolítica.
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