‘Un momento de velocidad y adrenalina se transformó rápidamente en una pesadilla’

Ago 28, 2024

TESTIMONIO: Ricardo: de protagonista de un accidente
de tránsito, a esposo, padre ejemplar y abogado exitoso

“Hace dos décadas ya, en noviembre de 2003, mi vida cambió para siempre en una tarde lluviosa. Tenía solo 19 años y, con la imprudencia propia de la juventud, decidí manejar a gran velocidad para impresionar a mis amigos en Riobamba, mi ciudad.

Estábamos en una avenida que, en aquel entonces, no era muy concurrida y había un desnivel que nos hacía sentir como en una montaña rusa. Sin embargo, ese momento de emoción y adrenalina, se transformó rápidamente en una pesadilla cuando, al ver un auto salir de una calle transversal, frené bruscamente y perdí el control del vehículo que mi padre me prestó aquel día.

Nos volcamos, el carro quedó en el otro lado de la avenida, milagrosamente sin chocar con otro vehículo, ni afectar a nadie más.
Salir prácticamente ileso de ese accidente, al igual que mis amigos, fue un milagro. Me enseñó a valorar no solo mi vida sino la de quienes me rodean. Desde entonces, aprendí a ser consciente de la responsabilidad que conlleva estar al volante.

También entendí la importancia de respetar el esfuerzo de mis padres, quienes habían trabajado arduamente para adquirir el auto que quedó destrozado en ese accidente.

Ese evento fue un punto de inflexión en mi vida. Me ayudó a centrarme en mis objetivos personales y profesionales y a tomar plena conciencia de las consecuencias de mis acciones.

Ahora, como abogado, veo con claridad la importancia de un sistema sancionatorio justo y equilibrado en materia de tránsito.

Apoyo las medidas que buscan reducir los accidentes de tránsito, como la implementación de controles de velocidad y tecnologías de videovigilancia que han mostrado ser eficaces en otros países. Sin embargo, es crucial que las sanciones sean proporcionales a las infracciones cometidas. No se debe enviar a prisión a alguien por exceder ligeramente el límite de velocidad, pero sí se debe sancionar con severidad cuando se ponga en riesgo la vida de otros.

En Ecuador, necesitamos una educación vial sólida y coherente desde la niñez y una capacitación adecuada para los conductores profesionales y no profesionales. Las sanciones no deben ser solo una fuente de ingresos, sino una herramienta para salvar vidas.

Es necesario aprovechar las nuevas tecnologías de manera adecuada y asegurarnos de que los controles se enfoquen en reducir la siniestralidad, no en recaudar multas.

La justicia debe ser rápida y razonable, especialmente en casos en los que la negligencia en la conducción lleva a la pérdida de vidas. Sin embargo, no todo exceso de velocidad debe llevar a prisión; existen otras sanciones que pueden ser igual de efectivas.

Mi experiencia me ha enseñado que cada infracción y cada caso deben ser tratados con la atención y el cuidado que merecen, siempre buscando un equilibrio entre justicia y responsabilidad.

Espero que mi historia sirva como un recordatorio de lo valiosa que es la vida y la importancia de ser responsables, tanto en la carretera como en la vida diaria. Porque, al final, cada decisión que tomamos al volante puede cambiar no solo nuestras vidas, sino la de quienes más amamos”



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