Mauricio Alarcón, director ejecutivo de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, cuestionó la efectividad del financiamiento público en las campañas electorales de Ecuador.
A su criterio, la proliferación de 17 candidatos presidenciales en las próximas elecciones refleja la debilidad de las organizaciones políticas en el país, muchas de las cuales son “cascarones” sin respaldo real ni estructuras sólidas. Esto, advirtió, puede generar ingobernabilidad.
El experto sostuvo que el sistema de financiamiento público, concebido para garantizar igualdad en la promoción electoral, ha fracasado.
“Las grandes billeteras siguen imponiéndose, y los candidatos con mayores recursos son los que terminan llegando al poder”, afirmó. Agregó que en muchos casos, los fondos públicos son utilizados para “aventuras políticas” sin respaldo ni opciones reales, lo que representa un mal uso del dinero de los ecuatorianos.
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Alarcón también señaló que los controles sobre el gasto electoral son deficientes, lo que ha permitido que el crimen organizado infiltre la política.
Según indicó, en varios procesos recientes se ha visto cómo candidatos exhiben en redes sociales grandes sumas de dinero y realizan regalos a los votantes, lo que está expresamente prohibido por la ley.
“No hay duda de que hay dinero sucio en la política ecuatoriana”, afirmó, destacando la urgente necesidad de mejorar los controles y garantizar elecciones más transparentes.
Finalmente, Alarcón subrayó la importancia de que los ciudadanos vigilen y controlen a sus representantes después de las elecciones, exigiendo coherencia y resultados concretos, para frenar la creciente influencia del narcotráfico y la corrupción en la política ecuatoriana.
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