En lo que va de 2024, más de 230.000 migrantes irregulares han cruzado la peligrosa selva del Darién, una frontera natural entre Panamá y Colombia que conecta Suramérica con Centroamérica, según informaron las autoridades panameñas el 25 de agosto. La mayoría de estos migrantes son venezolanos, seguidos por colombianos y ecuatorianos.
De acuerdo con el Ministerio de Seguridad Pública de Panamá, entre el 1 de enero y el 25 de agosto, un total de 231.089 personas han atravesado la jungla con destino a Norteamérica. Los venezolanos constituyen el 66,3% de ese flujo, con 153.226 migrantes. Los colombianos ocupan el segundo lugar con 14.659 personas (6,3%), y los ecuatorianos les siguen de cerca con 14.569 (6,3%). También se reporta una significativa presencia de migrantes chinos (12.067) y haitianos (11.224).
La situación es aún más crítica para los menores de edad, ya que se contabilizan 133 niños no acompañados entre los migrantes. Además, 42 personas han perdido la vida durante la peligrosa travesía.
Las autoridades también han señalado que el tránsito por esta selva está controlado por el grupo criminal colombiano Clan del Golfo. Los migrantes enfrentan constantes riesgos como asaltos, violaciones, animales salvajes y el peligro de las crecientes de los ríos.
El gobierno panameño ha llevado a cabo tres vuelos de deportación de migrantes irregulares desde el Darién. El próximo vuelo, previsto para el 29 de agosto, retornará a migrantes ecuatorianos.
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