El Servicio Secreto de EE. UU. ha intensificado la seguridad en torno al ex presidente Donald Trump, quien también es candidato republicano para las elecciones, tras un intento de asesinato ocurrido en julio. En su reciente mitin en Asheboro, Carolina del Norte, Trump apareció protegido por láminas de vidrio blindado, una medida reservada normalmente para presidentes y vicepresidentes en eventos al aire libre.

Durante el mitin, Trump subrayó que Estados Unidos era más seguro bajo su mandato y afirmó que la guerra en Ucrania no habría sucedido si él estuviera en el poder. Este aumento de seguridad se implementó después de un ataque en Pensilvania, donde Trump fue herido levemente y el agresor fue abatido. El incidente llevó a la renuncia de la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle.

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La campaña de Trump, que continúa esta semana en varios estados clave, se centra en temas como la seguridad, la economía y la inmigración, mientras su equipo busca desviar la atención de la Convención Nacional Demócrata. Además, el Servicio Secreto ha tomado medidas adicionales, como la reasignación temporal de miembros del equipo de protección del presidente Biden para reforzar la seguridad de Trump.