En Venezuela, la red social X, anteriormente conocida como Twitter, sigue bloqueada a pesar de que el presidente Nicolás Maduro levantó la suspensión temporal de 10 días el pasado 8 de agosto. Actualmente, la plataforma solo es accesible mediante el uso de redes privadas virtuales (VPN) y enfrenta problemas de carga, afectando el acceso a imágenes, videos y enlaces.

Maduro impuso la suspensión como parte de una campaña contra las redes sociales, acusándolas de promover “campañas de odio” que, según él, intentan respaldar un supuesto “golpe de Estado” tras su controvertida reelección del 28 de julio. En un comunicado en X el mismo día de la suspensión, Maduro exigió el cese de actividades que, según él, buscan atacar a Venezuela desde el exterior.

El presidente ha renovado sus críticas hacia Elon Musk, propietario de X, llamándolo “neofascista” y responsabilizándolo de orquestar ataques contra Venezuela. Aunque la suspensión temporal podría volverse definitiva, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) aún no ha hecho un anuncio oficial, y el Ministerio de Comunicación e Información no ha proporcionado detalles adicionales.

El bloqueo a X representa un golpe significativo para el acceso a información independiente en Venezuela, donde la censura y autocensura ya afectan a los medios tradicionales. Las redes sociales, como X, han sido cruciales para la oposición, liderada por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, en su reclamación sobre las elecciones del 28 de julio.

Melanio Escobar, periodista y activista de la ONG Redes Ayudas, ha señalado que la censura beneficia al gobierno al manipular la narrativa y mantener a la población desinformada. El ministro de Comunicación, Freddy Ñáñez, ha indicado que el gobierno espera que X presente la documentación requerida para operar en el país, incluyendo la designación de un representante legal.

El gobierno también está considerando una nueva ley para regular las redes sociales y ha llevado a instituciones como PDVSA y VTV a migrar a plataformas alternativas como Telegram. Esta disputa entre el gobierno venezolano y X resalta las tensiones en el control de la información y el manejo del discurso en el país.