Luis Sarrazín, exministro de Salud y auditor médico de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, expuso una grave crisis en la Universidad de Guayaquil, particularmente en la formación de sus médicos. Según Sarrazín, de los 423 médicos graduados que se presentaron al examen que los faculta para ejercer la profesión, solo 221 aprobaron, lo que representa un alarmante 47.7% de reprobados.
Señaló que estos resultados no son un hecho aislado, sino que reflejan un problema estructural que lleva al menos cinco años afectando la calidad educativa de la universidad. “La universidad ha dejado de lado el verdadero interés y la pasión por el cumplimiento de su misión educativa”, afirmó.
El exministro explicó que una de las principales causas de este problema radica en la falta de un sistema riguroso de evaluación tanto para docentes como para estudiantes. “No se han implementado criterios de evaluación y control básicos, lo que ha permitido que se perpetúe una cultura de mediocridad y conformismo”, comentó Sarrazín, quien tiene más de 50 años de experiencia en la docencia.
Para Sarrazín, la solución pasa por realizar una auditoría funcional que permita evaluar el desempeño del personal docente y administrativo. Asimismo, destacó la necesidad de reforzar las capacidades de enseñanza y exigir un mayor compromiso por parte de los estudiantes.
Finalmente, lamentó la falta de responsabilidad de las autoridades universitarias, quienes, según él, no han dado la cara para explicar ni corregir los problemas que aquejan a la institución. “Si no tienen el coraje de asumir sus culpas, es difícil esperar que realicen las correcciones necesarias”, concluyó.
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