La reconocida marca de productos de belleza Avon se declaró bancarrota en Estados Unidos, enfrentando una deuda que supera los 1.000 millones de dólares. La crisis financiera de la compañía se debe en gran parte a más de 386 demandas relacionadas con productos a base de talco, que presuntamente contenían sustancias cancerígenas, lo que ha dejado a Avon en una profunda situación de insolvencia.
Amparada por el Capítulo 11 de la legislación estadounidense, Avon está en proceso de reestructuración financiera y planea maximizar el valor de sus activos. En este contexto, Natura, que adquirió Avon en 2020, ha propuesto recomprar las operaciones comerciales fuera de Estados Unidos por 125 millones de dólares. Esta propuesta busca reducir significativamente la deuda de la compañía, que actualmente asciende a 1.300 millones de dólares.
A pesar de la bancarrota, Avon ha asegurado que sus operaciones continuarán con normalidad y que no habrá recortes de empleos para sus 5.000 trabajadores. La marca, que ha sido un ícono en la venta directa de productos de belleza durante más de 135 años, está enfocada en modernizar su modelo de negocio mientras navega por esta crisis financiera.
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