En una sorprendente escalada del conflicto, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky confirmó que las fuerzas armadas de Ucrania han lanzado una ofensiva militar sobre territorio ruso. En un discurso transmitido el sábado por la noche, Zelensky reveló que el ataque se realizó en la región fronteriza de Kursk, al occidente de Rusia, y que las tropas ucranianas han avanzado más de 10 kilómetros dentro del territorio ruso desde el inicio de la operación el pasado martes.
La incursión representa la más profunda penetración en suelo ruso desde el inicio de la invasión rusa a gran escala en Ucrania en febrero de 2022. Zelensky destacó en su discurso que la ofensiva tiene como objetivo presionar al agresor y demostrar la capacidad de Ucrania para “restaurar la justicia”. La operación ha sido discutida en detalle con el principal comandante militar ucraniano, Oleksandr Syrskyi.
Desde Moscú, la reacción ha sido contundente. El gobierno ruso ha prometido una “respuesta dura” ante lo que consideran ataques terroristas destinados a intimidar a la población rusa. El Ministerio de Defensa ruso ha informado que los intentos ucranianos de penetrar en el territorio ruso han sido frustrados, aunque reconocen la evacuación de más de 76,000 personas en la región de Kursk debido a los combates. Las autoridades también han impuesto un régimen “antiterrorista” en las regiones fronterizas de Kursk, Belgorod y Bryansk, permitiendo restricciones de movimiento y vigilancia intensificada.
Mientras tanto, la ofensiva ucraniana ha sido acompañada por una intensificación de los combates en Ucrania. A primeras horas del domingo, Kyiv y otras ciudades ucranianas fueron atacadas con aviones no tripulados y misiles por el ejército ruso. La situación en la región de Kursk es especialmente tensa, con reportes de explosiones y daños significativos en la infraestructura local, incluyendo un edificio que resultó dañado por los restos de un misil.
La comunidad internacional ha expresado preocupación por la escalada del conflicto, especialmente dado que los combates se acercan a la planta de energía nuclear de Kursk, una de las mayores instalaciones nucleares en Rusia. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha instado a ambas partes a ejercer la máxima moderación para evitar un accidente nuclear que podría tener graves consecuencias radiológicas. La situación sigue evolucionando, con un impacto significativo tanto en la población civil como en la estabilidad regional.
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