La represión del régimen dictatorial de Nicolás Maduro contra miles de ciudadanos que continúan las masivas protestas iniciadas en su contra el pasado 28 de julio de 2024, se torna más preocupante, debido a denuncias de que, al más puro estilo nazi, miembros de los llamados colectivos chavistas recorren los barrios de Caracas y marcan con una X las viviendas de quienes permanecen en las calles para exigir que acepte su derrota.
El clima de tensión se mantiene y esa es otra de las acciones para intimidarlos o obligarlos a quedarse en casa. Según el diario caraqueño El Nacional, son muchas las casas señaladas y pertenecen a miembros de la agrupación La Piedrita, de tendencia afín al chavismo y considerada uno de los más grandes y poderosas de ese sector.
Según fuentes consultadas por el referido medio, eso indica que hay un gentío en contra del gobierno en la propia área de los colectivos chavistas, ahora amenazados por Maduro.
La Piedrita opera en el barrio 23 de Enero, una zona popular de Caracas, donde reposan los restos del expresidente Hugo Chávez. Desde que Maduro se proclamó ganador, las cacerolas no han dejado de sonar en rechazo a esa decisión que tiene sumido al país en dos de las semanas más críticas y violentas de los últimos años.
“Las viviendas quedaron marcadas con una x en color negro. De esta forma les prohíben protestar a los vecinos, incluso desde sus casas, bajo amenazas de ir a buscar a los manifestantes y secuestrarlos. «Tun tun. Tipo nazis, marcan las casas con una x», se escucha decir a una persona que grabó un video en el sector 23 de Enero”, reseña el periódico caraqueño.
El conflicto surgió luego de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) controlado por el Gobierno y presidido por Elvis Amoroso, uno de los delfines de Maduro, proclamara que éste obtuvo 6,4 millones de votos y el candidato de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Edmundo González Urrutia, 5,3 millones, aunque hasta el momento no ha hecho públicas las actas del escrutinio, pese a las exigencias de la comunidad internacional.
Mientras que la líder de la oposición, María Corina Machado, afirma haber recopilado el 83% de las actas que señalan que su candidato González alcanzó 7,3 millones de votos y Maduro 3,3 millones. A diferencia del régimen, la oposición implementó un sistema automatizado al cual se puede ingresar con el número de identificación desde cualquier parte del mundo para verificar el voto y obtener de forma inmediata el acta correspondiente a cada mesa electoral, con el número de votos obtenido por cada candidato.
De esa forma, la oposición sostiene que el 28 de julio Maduro fue derrotado en las urnas, cuyos resultados no reconoce y se niega a dar paso a una transición democrática, luego de 11 años en el poder.
La victoria de González Urrutia, además de contar con el masivo respaldo de millones de venezolanos dentro y fuera del país, ha sido reconocida por la mayoría de países a escala mundial, que han denunciado un fraude, excepto Rusia, Cuba, Nicaragua, China, Irán, entre otros aliados incondicionales de Maduro.
Para zanjar este conflicto, Maduro solicitó un peritaje de los resultados al Tribunal electoral. Se espera que, en el transcurso de 15 días, emita un pronunciamiento, pero tratándose de otro organismo que actúa bajo su yugo, se desconfía de su imparcialidad.
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