Adam Britton: De renombrado experto en cocodrilos a condenado por abusos horrendos a animales

Ago 10, 2024

Adam Britton, un reconocido experto en cocodrilos, quien durante años fue admirado por su trabajo con estos reptiles y su participación en documentales de renombre, enfrenta ahora una condena de más de una década de prisión tras ser descubierto cometiendo actos atroces.

A los 53 años, Britton había construido una imagen pública como un apasionado defensor de los animales, realizando investigaciones y colaborando con figuras como David Attenborough. Su amor por los cocodrilos lo llevó a ser una figura prominente en su campo, y su trabajo fue ampliamente respetado.

Sin embargo, la realidad detrás de su fachada de experto se ha revelado como escalofriante. Esta semana, Britton fue sentenciado a más de diez años de cárcel por filmarse abusando sexualmente y torturando a numerosos perros. Además de los 56 cargos de crueldad animal y bestialidad, también se le encontraron cuatro cargos relacionados con material de abuso infantil.

La noticia ha generado conmoción y repulsión a nivel mundial, especialmente entre aquellos que conocían a Britton como una persona amable y comprometida con la protección de los cocodrilos. Muchos se preguntan cómo un hombre con una reputación tan establecida pudo llevar a cabo tales actos de crueldad.

Desde su infancia en West Yorkshire, Britton había demostrado un interés profundo por los animales, en particular por los cocodrilos. A pesar de su aparente dedicación a la zoología y su éxito profesional, documentos judiciales han revelado que desde joven albergaba un “interés sexual sádico” por los animales. Esta faceta oscura de su vida se mantuvo oculta hasta su reciente detención.

A mediados de los años 90, Britton se trasladó a Australia, donde se convirtió en un experto reconocido en el comportamiento de los cocodrilos. Sin embargo, su éxito profesional no detuvo su descenso hacia la depravación. En su propiedad en la Laguna McMinns, que una vez fue el hogar de ocho cocodrilos y un lugar de filmación internacional, Britton creó un “contenedor de tortura” donde cometió sus crímenes contra perros.

La revelación de sus acciones ha causado un impacto profundo en la comunidad, con personas de todo el mundo uniéndose en la indignación y el dolor por las víctimas de Britton. A pesar de la conmoción y el horror, algunos compañeros y amigos expresan sentimientos de tristeza y culpa, lamentando no haber detectado signos de su crueldad.

El abogado de Britton alegó que su cliente sufría de un trastorno poco común que afectaba sus intereses sexuales, pero Britton ha aceptado la responsabilidad total por sus acciones y prometido buscar tratamiento en el futuro.



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