“Queens, es el Ecuador de Estados Unidos” manifestó el alcalde de Nueva York, Eric Adams, en el discurso de la edición número 41 del desfile cívico ecuatoriano por motivo del 10 de agosto. Un acto conmemorativo donde más de 100.000 ecuatorianos que viven en el distrito de NY se dan cita en la avenida North Boulevard, entre las calles 69 y 97, para recordar nuestras raíces, comida típica y cultura.

Nueva York es una de las ciudades más caras del mundo para vivir, según el Índice Mundial de Costo de Vida, de The Economist Intelligence Unit. Utiliza como referencia el costo de vida entre las principales ciudades del mundo. Este índice compara los precios de más de 160 productos y servicios en diversas ciudades, incluyendo alimentos, bebidas, ropa, vivienda, transporte y entretenimiento. Según el último informe, Nueva York se destaca como una de las ciudades más caras del mundo para vivir. Una de las razones principales por las que Nueva York se ubica tan alto en este índice es el costo elevado de la vivienda. La demanda de apartamentos en Manhattan y otras áreas clave de la ciudad ha mantenido los precios de alquiler en niveles muy altos. Incluso en los barrios exteriores, los costos siguen siendo significativos en comparación con otras ciudades globales.

Más de 300.000 ecuatorianos viven en el estado de New York, donde 16.000 se encuentran indocumentados dedicados al comercio autónomo (informal) como una forma de subsistencia. Mujeres cargando a sus hijos pequeños y niños trabajando en las calles es la realidad de la que no se habla, ni se muestra en las redes de las autoridades que asistieron al desfile.

La doble crisis (económica y de seguridad) es la razón para que hoy los ecuatorianos busquen una nueva vida en el extranjero, pero nada es color de rosa, vivir en New York es casi imposible para quienes no tienen un trabajo fijo ni un proyecto de vida estable. Ciertos desafíos como las condiciones laborales precarias, muchos ecuatorianos trabajan en sectores como la construcción, la limpieza y los restaurantes, donde a menudo enfrentan bajos salarios, largas horas y, en algunos casos, condiciones laborales inseguros. La falta de documentación adecuada también puede limitar sus opciones de empleo y acceso a beneficios sociales.

Los ecuatorianos indocumentados suelen tener dificultades para acceder a servicios de salud y educación de calidad. Aunque Nueva York ofrece ciertos programas de asistencia, las barreras lingüísticas y la falta de información pueden dificultar el acceso.

Y el alto costo de la vivienda y seguridad obligan a muchas familias a vivir en condiciones de hacinamiento, acudir a albergues que solo pueden estar seis meses máximo y en condiciones de peligro y en ciertos casos hay abusos sexuales.

Esta es la dura realidad de nuestros migrantes, quienes decidieron salir de su país por falta de oportunidades. Por la falta de protección de un Gobierno que NO garantiza lo más indispensable, el derecho a una vida digna. Este es el verdadero “desfile” del que nadie habla, que nadie pronuncia y mucho menos publica. Es la verdadera realidad que hoy estamos llamados a evitar.

Sin lugar a dudas, este año será el de mayor migración en la nueva ola migratoria que vive Ecuador.