La búsqueda desesperada de Presidente Noboa y los tomadores de decisión en seguridad por dar soluciones tajantes, inmediatas, con golpes de efecto mediático, para mutar la percepción ciudadana a una positiva y de mayor tranquilidad frente a la inseguridad y la violencia se convierte en un búmeran para la conducción estatal.

• La mirada de corto plazo frente a lo urgente responde a la angustia provocada por una inestabilidad estructural de los contextos (económico, político, social, cultural, medioambiental) cuya volatilidad imposibilita establecer patrones de comportamiento regulares y tendencias frente a las dinámicas de cambio de factores de riesgo y amenazas a la seguridad. Dicha inestabilidad como sostiene el comunicólogo argentino Marcelo Manucci se convierte en un espacio de arenas movedizas, donde más que un juego de confrontación con los grupos criminales- en sus diversos niveles vinculados con mercados criminales específicos- debería obligar al Estado a transitar la inestabilidad superando la añoranza por las certezas, por el pasado y el anhelo de triunfo, hacia la búsqueda de innovación estratégica. La inestabilidad debe convertirse en el mejor aliado para lidiar con la agenda setting criminal de diversos grupos en todo el territorio, con sus particularidades espacio-temporales, culturales, ideológicas, entre otras, para entender su bio-ritmo y lograr anticiparse a sus jugadas; ellas se encuentran en una arena de juego entre bien entendidos procesos de inteligencia y contrainteligencia, alertas tempranas y vigilancia prospectiva.
• Sostener el foco en lo urgente, sobre todo en procesos que no permiten su predicción puede impedir ver las siguientes jugadas de actores criminales impensados y cartografiar sus movimientos. Dichos actores brincan como resortes en el rato menos pensado; y, no estando abiertamente en el tablero (las grandes mafias internacionales que están incursionando con mayor injerencia en el contexto regional, aquellas grandes ligas criminales-mafias- que ejercen un control global sobre el narcotráfico y que pueden generar cambios significativos, generando escenarios caóticos e incontrolados;
• Considerar que la intensidad de los cambios y la ampliación de la vulnerabilidad del Estado y sus instituciones impiden la predicción y abre la posibilidad de que en la pista de obstáculos que le toca atravesar al Estado en su conjunto (no solo a los aparatos de fuerza) se deba redefinir conceptual, metodológica y estratégicamente nuevos cursos de acción. Con ello se busca también develar con creatividad aquello difuso, que estando latente- ausencia de referentes conocidos- obliguen a salir de los recetarios repetitivos, centrándose en otros aspectos del juego estratégico que antes ni siquiera se los consideraba, cuando las condiciones eran “relativamente estables”. Por ejemplo, el uso de la inteligencia cultural para desenmascarar los mecanismos de cooptación de poblaciones y autoridades, desarraigo emocional de los territorios, legitimación de estéticas criminales.

¿Qué significa esto?

Dejar de verse la punta de la nariz. Hacer uso de la frustración esperanzadora y creativa ante lo incomprensible de las dinámicas criminales, sus alianzas y redefiniciones permanentes en su juego. La incorporación de una mirada estratégica relacional que desde el permanente desconcierto pueda dar un sentido nuevo al juego una y mil veces. Involucrar otros actores, repensar narrativas y generar contra narrativas frente a las que han legitimado las estructuras criminales. Comprender y explicar en profundidad las violencias, los impactos de ellas no solo haciendo uso de estadísticas, sino el remezón que implica en la emocionalidad y psiquis humana, ampliar la red de significados en el presente y su proyección hacia el futuro, tomando responsabilidad con las generaciones venideras. Utilizando nuevos lentes, con el temple emocional adecuado y estando abierto a los elementos disruptivos, la conducción de la seguridad se encaminará actualizar creencias, superar estereotipos y recetas que permitan a los tomadores de decisión situar sus respuestas frente a necesidades propias con compromiso ético y visión ampliada como un impulso hacia lo nuevo.