Durante los Juegos Olímpicos de París, la atención no solo se centró en los eventos deportivos, sino también en un controvertido momento protagonizado por la ministra de Deportes francesa, Amélie Oudéa-Castéra, y el presidente Emmanuel Macron. El beso que se dieron en la ceremonia inaugural el pasado viernes generó un aluvión de comentarios y reacciones en las redes sociales, siendo descrito por algunos como “apasionado” y “extraño”.
En la imagen, capturada justo después de la ceremonia que había mantenido a Francia en vilo durante meses, se ve a Oudéa-Castéra abrazando a Macron y besándolo en el cuello cerca de su oreja derecha, mientras le agarra con firmeza el brazo derecho. El primer ministro Gabriel Attal, en el fondo, parece desviar la mirada.
La revista Midi Libre describió el abrazo como una “explosión de alegría” por parte de ambos, señalando que el beso causó un gran revuelo. Por otro lado, Madame Figaro calificó el gesto de “extraño” y sugirió que Oudéa-Castéra “sabe cómo hacerse notar”.
La ministra ya había atraído la atención en las semanas previas al evento, cuando se lanzó al río Sena para demostrar la limpieza del agua antes que la alcaldesa de París, Anne Hidalgo. Las imágenes la mostraron con un traje de neopreno y una gorra, resbalando torpemente en el muelle antes de zambullirse y nadar en el río.
En las redes sociales, muchos recordaron las vidas personales de los protagonistas: Macron está casado con Brigitte Macron desde 2007, mientras que Oudéa-Castéra ha estado casada con el director de finanzas Frédéric Oudéa desde 2006.
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