Mientras el presidente Daniel Noboa inauguraba obras en la Terminal de Puerto Bolívar, en la provincia de El Oro, afectada por la violencia, la izquierda ecuatoriana se reunía en la Casa de la Cultura Ecuatoriana de Quito para discutir su unidad y estrategias para las elecciones de 2025.
El presidente criticó a los asistentes a la convención, acusándolos de tratar de frenar el progreso del país. “Mientras nosotros estamos aquí, generando empleo, hay un grupo de personas en la Casa de la Cultura tratando de trabar nuestro progreso”, dijo.
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La convención reunió a representantes de diferentes movimientos y organizaciones políticas de izquierda, como Revolución Ciudadana, Pachakutik y Centro Democrático. Sin embargo, no todos los actores políticos de la izquierda compartieron la misma visión. El expresidente Rafael Correa criticó a algunos de los asistentes, calificándolos de “dañados” y “cómplices de la destrucción de la Patria”.
“Ahí [en la izquierda] hay gente sana, pero también otra muy dañada, cómplice de la destrucción de la Patria y que ve la política como un negocio, no como una misión”, opinó Correa en X.
La presidenta de Revolución Ciudadana, Luisa González, expresó que la violencia proviene del Estado y que es responsable de las carencias en servicios públicos. Otros líderes, como Leonidas Iza y Natasha Rojas, mostraron una postura más distante con la derecha política y descartaron negociar con ellos.
La reunión dejó en evidencia las distancias y diferencias dentro de la izquierda ecuatoriana, lo que plantea desafíos para su unidad y estrategias políticas futuras.
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