¿Tras la reelección de Maduro, todo seguirá igual en Venezuela? ¿cómo le afectará a Ecuador?

Jul 30, 2024

Por Rodrigo Jordán

Lo que casi todos los analistas sospechaban, finalmente, ocurrió. Nicolás Maduro, del Partido Socialista Unido de Venezuela, volvió a triunfar en las elecciones presidenciales de este pasado 28 de julio del 2024 y gobernará ese país sudamericano hasta el 2031.

Pero, más allá de las acusaciones de fraude dirigidas al Consejo Nacional Electoral (CNE) de esa nación, la gran pregunta de hoy es: ¿qué pasará con el séptimo país más grande de América Latina de aquí en adelante? ¿habrá una gran revuelta social porque la mayoría de los ciudadanos no aceptará los resultados del CNE, ya que casi todos los sondeos de opinión previos le daban como ganador al candidato opositor, Edmundo González Urrutia? ¿este hecho, ocurrido a 1.580 kilómetros de distancia, le afectará al país?

Aunque suene inverosímil, la reelección Nicolás Maduro perjudicará nuevamente a Ecuador; este hecho tendrá un impacto directo en la cotidianidad del país, a nivel social y económico.

La causa es simple: la extendida vigencia del “chavismo” impedirá, por ejemplo, frenar la gigantesca ola migratoria de Venezuela hacia América Latina, dificultará la reactivación económica de las familias de esa nación y seguirá reduciendo el intercambio comercial entre ese país y la región.

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha informado que, según sus últimas cifras, más de 6,5 millones de venezolanos han sido acogidos por naciones latinoamericanas, luego de abandonar sus hogares buscando protección y una vida mejor.

De esa cifra, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), dijo que hay más de 231.000 personas de esa nacionalidad en Ecuador.

La misma política de oposición, María Corina Machado, anunció, antes de los comicios del pasado 28 de julio del 2024, que, si Nicolás Maduro vencía en las urnas, se venía una nueva ola migratoria de venezolanos en la región; se reactivaba el fenómeno social.

Pero volviendo a la interrogante que plantea este artículo, a fin de llegar a una respuesta válida, mencionemos lo que ya ha ocurrido en el pasado en escenarios similares en el mismo país; no nos olvidemos que el “chavismo” está en el poder desde el 1999.

Recordemos: en las elecciones presidenciales del 2000, 2006, 2012, 2013, 2018 y 2024, los escándalos de fraude nunca faltaron, y el statu quo interno se mantuvo, básicamente, por el control que ejerce el presidente en todas las funciones de estado y el férreo apoyo de la clase militar. A esto se ha sumado un contexto internacional sin ánimos intervencionistas.

Lo cierto es que todo apunta a que Nicolás Maduro seguirá en la presidencia de Venezuela, sin mayores dificultades, eso sí, nuevamente, bajo la condena de muchos países del mundo; pero nada más. La oposición continuará protestando, pero, creo, sin mucha capacidad de cambio real. Ojalá me equivoque.

Lo que resulta más importante es que, lo acontecido este pasado domingo, nos enseña a los ciudadanos latinoamericanos, especialmente, el peligro de este tipo de regímenes, donde los mandatarios desean perpetuarse en el poder, a cualquier precio.

El caso venezolano, por lo pronto, parece no tener solución todavía.



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