Con la ley orgánica de eficiencia económica y generación de empleo publicada en el registro oficial suplemento número 461 del 20 de diciembre de 2023 en su aspecto general es muy positiva para agilizar la tramitología exigida y así para atraer los capitales necesarios para el desarrollo del país y el accionar sincrónico funcional entre el Estado y los inversionistas, con el propósito de generar empleo, incrementar la productividad y generar riqueza en y para el país.
Dado la situación crónica y crítica del erario nacional que no tiene los recursos, tiene un déficit muy alto y muy limitada capacidad de seguirse endeudando o gravando más impuestos, solamente tiene dos alternativas para mejorar su estado de situación.
1.- Reducir el costo operativo y la burocracia, en un proceso de austeridad fiscal que logre eficiencia, eliminación de trámites innecesarios y múltiples otras situaciones de desperdicio de recursos en las finanzas públicas.
2.- Impulsar y facilitar nuevas inversiones nacionales y extranjeras del sector privado haciendo que esta economía dolarizada se blinde con institucionalidad y seguridad jurídica suficiente para que la inversión venga de igual manera como llega prácticamente a todo el resto de países de Sudamérica, otorgando estímulos y permitiendo participación en aquellos sectores mal llamados estratégicos, pues lo único estratégico es la disponibilidad de bienes y servicios. En el mundo ya han desaparecido las barreras entre lo que puede ser sector público y el sector privado desde el punto de vista de inversión y propiedad, pues si alguien hace una inversión en la construcción de una carretera, no es para llevarse la carretera, de igual manera en el sector minero o petrolero que son actividades necesarias para el funcionamiento del país y el mundo.
Son oportunidades para dar empleo y crea riqueza en el país multiplicando el valor de esta prestación de servicios y bienes en forma permanente en el país. Lo único estratégico son las carencias, como el ejemplo del último año, donde la carencia de energía ha obligado al país comprarla hasta 20 veces más cara a Colombia, pero el costo de no disponer de ella significa altas pérdidas a la economía ecuatoriana.
En realidad, no hay que inventar mucho, solo hay que aprender de la historia, especialmente siendo un país dolarizado donde no tenemos disponibilidad de moneda propia. La única alternativa es hacer atractivo al país para el ingreso de dólares por inversión, principalmente según informe del Banco Mundial en sectores extractivos, agroexportación y fomento al turismo, principalmente. Cuando se incrementa la producción y exportación llegaran nuevos recursos a la economía ecuatoriana.
Tomemos el ejemplo de cómo se reconstruyó Europa después de la Segunda Guerra Mundial: fue con ayuda e inversión extranjera, principalmente norteamericana. El ejemplo de Singapur un país más pequeño que el cantón Quito localizado al sur de Malasia y que ni siquiera Malasia lo quiso aceptar en 1960 cuando se independizó y cuyo presidente Lee Yuan Yew tomo severas medidas para eliminar corrupción y crimen convirtiéndolo en lo que es ahora uno de los tigres asiáticos con PIB que casi quintuplica al del Ecuador.
También tenemos el modelo económico de Israel que en los años 80 tenía una inflación que casi llegó al 400%, pero luego Shimon Peres dos veces primer ministro, luego fue presidente y ganador del premio Nobel de la paz en 1994, fortaleció la economía impulsando una serie de medidas como fueron: reducción de la burocracia, detener el incremento de sueldos en el sector público, combatir el déficit fiscal, transferir al sector privado todas las empresas públicas ineficientes, suspender la emisión inorgánica de dinero y brindar autonomía al Banco Central, (tema necesario cuando un país es emisor) liberándolo de presiones de influencias externas y logrando que la gente recupere confianza tanto en su moneda local como en la seguridad jurídica. También impulsó las iniciativas de emprendimiento, principalmente en el campo tecnológico y el agroindustrial, mediante la participación del Estado con un aporte de hasta 40% de capital a estas nuevas empresas que fueran calificadas por profesionales ajenos a las influencias políticas.
Cuando estas empresas se volvían autosustentables, el Estado desinvertía, recuperando el monto de la inversión a más de un interés acordado. Estas medidas han sido aplicadas por más de 30 años con disciplina complementados con impulso a la educación y talento basado en promover y proteger las iniciativas y la inversión del sector privado. En esta semana, posiblemente la empresa Google realice la adquisición de una empresa tecnológica israelí por un valor cercano a los 36,000 millones de dólares.
El Ecuador tiene infinitas necesidades de capital en el sector de energía, de infraestructura, de tratamiento de aguas y desechos sólidos urbanos que pueden realizarse con inversión privada tanto en alianza estratégica como alianzas públicas privadas; pero para esto último hay que corregir una nueva trampa burocrática donde un reglamento (norma de menor jerarquía) que reforma a una ley (norma de mayor jerarquía) volviéndola letra muerta cómo se mencionó al inicio. En el artículo 297 del reglamento (Decreto No. 157) contiene el absurdo de prohibir al proponente privado de un proyecto APP, a presentar una nueva oferta, a efectos de igualar o mejorar una oferta presentada por el oferente mejor calificado dentro del concurso público.
La mala intención está en que desmotiva las iniciativas, permite vislumbrar fraude, así como aprovechamiento de trabajo ajeno y propiedad intelectual, en perjuicio de quien desarrolló la idea y el trabajo original. En tal sentido, se debe realizar de manera urgente e inmediata la reforma al mencionado artículo 297 del reglamento para corregir esta incongruencia jurídica y hacer que sea atractiva a la inversión privada necesaria y urgente para el desarrollo del país. ¿Qué parte es la que no se entiende?
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