El País reporta que el ministro para la Transformación Digital, José Luis Escrivá, ha instado a los adultos a hacer un pequeño esfuerzo para identificarse con un nuevo sistema denominado Cartera Digital Beta, conocido popularmente como “pajaporte”. Este sistema tiene como objetivo verificar que los usuarios que desean acceder a páginas pornográficas sean mayores de edad. Aunque la idea es similar a pedir un DNI para entrar a una discoteca, el desafío en internet radica en prevenir fraudes y proteger la privacidad.
El plan ha generado una amplia controversia, con críticas de expertos en privacidad, políticos y el público en general. El eurodiputado Alvise Pérez, por ejemplo, ha exagerado la situación en su canal de Telegram al afirmar que “España será el primer país del mundo donde masturbarse a diario será ilegal”. Esta afirmación es falsa, pero refleja la preocupación y desinformación que ha rodeado al plan desde su anuncio. La herramienta no limita el número de accesos a sitios pornográficos, sino que utiliza 30 tarjetas anónimas que se pueden utilizar de manera limitada para proteger la identidad del usuario. Las tarjetas caducan en 30 días y deben ser renovadas, eliminando las credenciales anteriores.
El sistema está en fase de desarrollo y se espera que esté disponible para todos los ciudadanos al final del verano. Los proveedores de contenido pornográfico en España deberán adaptarse a este nuevo sistema para ser incluidos en una “lista blanca” de sitios permitidos. Si no cumplen, sus sitios serán bloqueados, tarea que las operadoras como Vodafone, Orange y Telefónica han rechazado asumir. Además, el Gobierno está involucrando a grandes tecnológicas como Apple, Google, Meta y Microsoft en la implementación del sistema.
La Cartera Digital también servirá para otros trámites como la emisión de carnés de conducir y certificados de empadronamiento. Sin embargo, su uso inicial para verificar la mayoría de edad en sitios para adultos ha generado debates sobre la privacidad y la posibilidad de que el Gobierno tenga acceso a los registros de actividad de los ciudadanos.
La aplicación también enfrenta desafíos relacionados con la privacidad, dado que múltiples entidades tecnológicas ya tienen acceso a datos sobre el consumo de pornografía. Además, el plan solo abarca grandes portales de contenido pornográfico, dejando fuera redes sociales y aplicaciones de mensajería donde también se comparte contenido para adultos. Aunque el Gobierno pretende que aplicaciones como Telegram verifiquen la edad, esto ha sido calificado como poco realista por expertos.
En cuanto a la posibilidad de eludir el sistema, los usuarios podrían usar VPNs para acceder a contenido pornográfico desde fuera de España. A pesar de las críticas, el Gobierno está decidido a implementar el plan, aunque ha admitido que podrían surgir formas de eludir las restricciones.
La iniciativa se enmarca en un contexto global en el que muchos países han intentado regular el acceso a pornografía para menores, con resultados mixtos. España busca liderar con una solución innovadora, pero enfrenta retos y escepticismo en su implementación.
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