Ecuador se encuentra oficialmente en recesión tras registrar su segundo trimestre consecutivo de contracción económica, según un informe del Banco Central publicado el pasado viernes.

La economía del país se ha visto golpeada por una crisis que incluye la caída en la producción petrolera, disminución del consumo y las ventas, menor acceso al crédito y un estancamiento en el mercado laboral.

El informe destaca que la economía ecuatoriana lleva casi dos años en desaceleración, agravada por factores como el paro nacional de junio de 2022, que resultó en pérdidas económicas significativas.

Componentes del PIB en declive

El consumo, la inversión y las exportaciones, componentes clave del PIB, han disminuido. El economista Diego Borja dijo a El País de España que la reducción de las exportaciones por tres trimestres consecutivos es particularmente preocupante para una economía dolarizada como la de Ecuador.

La producción de petróleo, que constituye el 12% del PIB, ha sido especialmente afectada debido a daños en las tuberías de transporte, resultando en una pérdida significativa de exportaciones.

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Borja critica las carencias en la política pública que comenzaron con la pandemia y se mantuvieron durante los gobiernos de Guillermo Lasso y Daniel Noboa. La falta de inversión en infraestructura y servicios públicos ha impedido la creación de empleo y el impulso del consumo.

En Ecuador, 7 de cada 10 personas en edad laboral están desempleadas o subempleadas, lo que agrava la crisis económica.

Proyecciones económicas y políticas públicas

El Banco Central prevé que la recesión económica continuará hasta finales de año, con el FMI proyectando un crecimiento de apenas 0,8% en 2025. Borja destaca la necesidad de inversión y políticas públicas para romper el ciclo de estancamiento económico, especialmente en sectores como el comercio, la construcción y la manufactura, que son los principales generadores de empleo.

La inestabilidad política también ha afectado la economía. La muerte cruzada decretada por Guillermo Lasso, que llevó a elecciones anticipadas, aumentó el riesgo país e impidió la negociación de créditos. La continua incertidumbre política y la anticipación de nuevas elecciones han impedido la implementación de políticas económicas a largo plazo.