El himno se canta con lágrimas

Jul 16, 2024

Diego Torres Hadathy / Corresponsal en EE.UU.

Nunca había visto cantar el himno nacional de Ecuador a gritos y con lágrimas. He asistido a todo tipo de actos públicos y privados y todos cantamos con respeto y solemnidad, pero fuera del país el sentimiento parece ser otro, más fuerte, más grande, más encendido.

Fue una convocatoria en Union City (New Jersey), para unas 200 personas, con el fin de ver uno de los partidos de la Copa América que se jugaba en Estados Unidos. Todos con camisetas amarillas, azules o blancas: las últimas de la selección.

Banderas, cornetas, pitos, sombreros -todos con los colores ecuatorianos- también eran parte de la reunión. Antes de que empezara la transmisión, el organizador nos pidió ponernos de pie y en los parlantes sonaron las notas del himno de Ecuador. Desde el “Salve Oh Patria” todo fue un inusitado derroche de patriotismo y cariño por su país.

En Ecuador no es usual ver esas muestras de cariño por los símbolos patrios. Muchas personas no cantan el himno (en un estadio, por ejemplo) y casi nadie tiene una bandera de Ecuador en la puerta de su casa o en su auto.

Aquí sí. Miles de vehículos circulan con una pequeña bandera de Ecuador colgando del espejo retrovisor, una cantidad parecida de casas y establecimientos comerciales tienen la bandera en su puerta. Todos quieren que sepan que son ecuatorianos.

“Yo vivo en EE.UU. hace 30 años y trato de ir cada dos años a Ecuador. Sin embargo, cuando puedo cantar o bailar la música de mi país me emociono. Ni le cuento con el himno nacional. Voy a todos los partidos de la selección y a la mayoría de actos que organizan los ecuatorianos, solamente para cantar el himno”, confiesa Jorge Aulqui, mientras se seca las lágrimas.

Llegó de Cumbe -en Azuay- y se quedó trabajando en un restaurante. Luego incursionó en la construcción hasta que se dedicó al transporte. “Vea, cuando uno sale del país siente realmente lo que tuvo y lo que tiene. Extraño la comida, la familia, todo. Imagínese lo que es para mí cantar el himno o gritar un gol. No le puedo ni explicar”.

Es increíble, cree Jorge, lo que pueden cambiar las personas cuando están fuera. “Yo me vine casi despreciando al país, pero aprendí a respetar cosas como el himno y la bandera -la de Ecuador y la de mi provincia- que antes no eran tan importantes. Vi que de nuevo van a dar la materia de Cívica en los colegios. Qué bueno, para que a los niños no les pase lo que a mí, que tuve que irme para quererlos”. (DTH)



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