Este domingo, en el programa Políticamente Correcto, se discutió la situación actual de las fuerzas de izquierda en Ecuador, marcadas por una notable disminución en la participación en sus últimas jornadas de movilización.

Históricamente enfocada en los principios del empleo, los combustibles y la economía, la izquierda ecuatoriana enfrenta cuestionamientos sobre la efectividad de sus manifestaciones en años recientes.

Marcela Arellano, presidenta de la central sindical Ceosl, aseguró que la reciente movilización del 4 de julio no buscaba ser un paro nacional, sino más bien una protesta pacífica contra el gobierno, sin afectar las labores de los trabajadores.

Subrayó que el empleo digno en Ecuador apenas alcanza el 20%, mientras que el trabajo informal representa más del 70% de la población económicamente activa. Mientras que indicó que el salario promedio de los empleados sindicales es de $600 mensuales, insuficiente para cubrir la Canasta Básica Familiar de $800.

Secretario de la Asamblea denuncia amenazas del Ejecutivo por posesión de Godoy

Rafael Polo, exdecano de Ciencias Sociales de la Universidad Central del Ecuador, opinó que las condiciones económicas podrían impulsar más marchas como la del 4 de julio.

Recordó que en décadas pasadas, el FADI y los sindicatos fueron pilares de la izquierda ecuatoriana, mientras que el correísmo representó este movimiento entre 2007 y 2012.

Por otro lado, Arturo Moscoso, director de Relaciones Internacionales de la UIDE, señaló que la izquierda busca una mayor intervención del Estado para aumentar los presupuestos destinados a educación y salud, pero cuestionó la viabilidad de obtener más recursos si se protesta contra el aumento del IVA y los combustibles.

Indicó que el trabajo por horas el trabajo por horas no quita el acceso a la seguridad social ni a otro derecho básico de un trabajador. Ante ello, critica que la izquierda pida más empleos, pero rechace nuevas alternativas del Estado.