Es tan suave y sus movimientos tan delicados que uno no diría que está entrenando la fuerza o haciendo el más mínimo esfuerzo que nos ponga a sudar.
Y sin embargo, el Tai Chi tiene una lista larga de beneficios integrales para la salud que lo sitúa como uno de los mejores ejercicios que existen.
Probablemente, gran parte de su atractivo reside en la suma de los movimientos corporales en forma de coreografía junto con un estado de mental de alerta -pero en calma-.
Este arte marcial milenario mejora el equilibrio, reduce la ansiedad y previene enfermedades cardiovasculares al aumentar la frecuencia cardíaca de manera moderada. En el Tai Chi son clave las técnicas de respiración.
La organización benéfica Parkinson’s UK, describe el Tai Chi como una actividad física de baja intensidad que puede “ayudar a mejorar el estado de ánimo y ayudarte a vivir bien”, pero recientemente la Universidad de Harvard fue más lejos al calificar el Tai Chi como “la actividad perfecta para el resto de tu vida”.
“El Tai Chi a menudo se describe como “meditación en movimiento”, pero bien podría llamarse “medicación en movimiento”, dice la prestigiosa universidad estadounidense, que recuerda que cada vez hay más pruebas de que esta práctica es muy valiosa para tratar o prevenir muchos problemas.
Y puedes comenzar incluso si no te encuentras en plena forma o no tienes buena salud.
“Es muy seguro y no se necesita equipo sofisticado, por lo que es fácil iniciarse”, dice Harvard alabando este ejercicio. El objetivo: tener un cuerpo sano y una mente tranquila.
“Los beneficios del Tai Chi se pueden extender a personas de todas las edades y habilidades, ya que los movimientos son suaves y de bajo impacto. También recomendaríamos que aquellos interesados en practicar Tai Chi consulten con su médico de cabecera para ver si sería adecuado para sus necesidades”, explica a BBC Mundo la profesora del Departamento de Anatomía y Neurociencia de la Universidad de Cork, Lucy Collins.
Y es que aunque el Tai Chi es lento y suave y no te deja sin aliento, “aborda los componentes clave del estar en forma: fuerza muscular, flexibilidad, equilibrio y, en menor grado, acondicionamiento aeróbico”, dice la universidad.
A tu manera
Para Pedro Jesús Jiménez Martínez profesor de Ciencias Sociales de la Actividad Física de la Universidad Politécnica de Madrid, uno de los retos a los que debe enfrentarse el alumno que se acerca al Tai Chi Chuan es el “renunciar a la búsqueda de un “manual” universal exacto en el que se indique para todos cuál es la anchura correcta de los pies en las posturas, la dirección correcta de las manos en las figuras o el ángulo ideal a buscar en las posiciones articulares”.
Jiménez argumenta que estas apreciaciones pierden su importancia para favorecer la búsqueda de sensaciones corporales que avisen al practicante sobre cuál es la posición más cómoda y natural, en la que se puede sentir relajada, a la hora de realizar el movimiento.
Así puede ayudarte el Tai Chi, según diversos estudios citados por Harvard:
Fuerza muscular
Puede mejorar tanto la fuerza de la parte inferior como la de la parte superior del cuerpo. Cuando se practica con regularidad, el Tai Chi puede ser comparable al entrenamiento de resistencia y a caminar a paso ligero.
“Aunque no trabajas con pesas ni bandas de resistencia, el ejercicio de brazos sin apoyo que implica la práctica fortalece la parte superior del cuerpo tanto las extremidades inferiores como las superiores y también los músculos centrales de la espalda y el abdomen”, dice la Universidad.
Flexibilidad
“El fundamento del Tai Chi consiste en entender a la persona como un todo y mejorar el equilibrio y la comunicación entre los distintos sistemas del cuerpo”, dice Peter Wayne, investigador de larga data sobre el Tai Chi de la Facultad de Medicina de Harvard.
Las secuencias de Tai Chi involucran movimientos articulares de todo el cuerpo, estirando suavemente los músculos y tendones a través de un rango de movimiento completo. Esto ayuda a aumentar la elasticidad muscular y la flexibilidad articular, reduciendo la rigidez y mejorando la amplitud de movimientos.
Equilibrio
Varios estudios han encontrado evidencia de que el Tai Chi mejora el equilibrio y la estabilidad en los adultos mayores y reduce el riesgo y el miedo a las caídas. Su práctica consciente requiere niveles altos de concentración.
Lo cierto es que la propiocepción (la capacidad de sentir la posición del cuerpo en el espacio) disminuye con la edad.
El Tai Chi ayuda a entrenar este sentido, que es una función de las neuronas sensoriales del oído interno y de los receptores de estiramiento de los músculos y ligamentos.
Acondicionamiento aeróbico
Los movimientos lentos y continuos aumentan la frecuencia cardíaca de manera moderada, lo que fortalece el corazón y mejora la circulación sanguínea.
Sin embargo, Harvard avisa que si el médico recomienda un ejercicio cardiovascular más intenso con una frecuencia cardíaca más alta, es posible que haya que buscar en ejercicios más aeróbicos.
Correr, jugar tenis y bailar son ejercicios aeróbicos de alto impacto.
Salud cognitiva
Para el doctor Samuel Nyman, responsable del Departamento de Psicología de la Universidad de Winchester, “este ejercicio también es bueno para la salud cognitiva porque retrasa el deterioro de la función ejecutiva”.
“En comparación directa con otros ejercicios, el Tai Chi puede ofrecer una estrategia superior para reducir las caídas gracias a sus beneficios sobre el funcionamiento cognitivo”, explica Nyman en un extenso estudio.
“Lo mismo ocurre con la salud mental, ayuda a reducir el estrés”, añade.
Todos estos beneficios nos dan la pista de por qué el Tai Chi es un arte milenario.
Movimientos de Tai Chi para principiantes
Cargar a la luna
- Inspira, gira tu cuerpo hacia la izquierda desde la cintura.
- Tus hombros están relajados y tus codos ligeramente doblados.
- Ahora extiende ambos brazos hacia la izquierda con la cabeza centrada en las manos.
- Exhala, baja las manos. Gira a la derecha y repite.
Girar la cintura y empujar las palmas
- Inhala, lleva las palmas hacia la cintura mirando hacia arriba.
- Exhala y gira tu cuerpo hacia la izquierda a la altura de la cintura. Manten el codo y la muñeca izquierdos ligeramente doblados y lleva el codo hacia atrás.
- Al mismo tiempo, extiende el brazo derecho hacia adelante y empuja con la palma derecha hacia adelante (como si estuvieras tratando de detener el tráfico).
- Inhala, regresa al medio y distribuye tu peso uniformemente antes de girar hacia la derecha, llevando el brazo derecho hacia atrás y extendiendo el brazo izquierdo con la palma hacia adelante.
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