El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha condenado enérgicamente los mortíferos ataques aéreos llevados a cabo por Rusia en Ucrania este lunes, que resultaron en la destrucción parcial del Hospital Nacional Infantil Especializado de Kyiv, el centro pediátrico más grande del país. Según las autoridades ucranianas, al menos 33 personas perdieron la vida en estos ataques.
El portavoz de Guterres, Stephane Dujarric, calificó los ataques como “particularmente chocantes” y subrayó que dirigir ataques contra civiles y bienes civiles está prohibido por el derecho internacional humanitario. “Cualquier ataque de este tipo es inaceptable y debe cesar de inmediato”, afirmó Dujarric en nombre del secretario general.
El ataque aéreo impactó el hospital infantil durante la mañana, causando pánico entre los pacientes y sus familias, quienes huyeron en busca de seguridad mientras los escombros cubrían el área. Además del hospital en Kyiv, otros centros médicos en varias ciudades ucranianas también fueron blanco de los bombardeos rusos, que se intensificaron durante la mañana y causaron la muerte de al menos 37 personas, con más de 170 heridos.
Moscú lanzó un descarado ataque aéreo diurno contra objetivos en ciudades de toda Ucrania durante la hora pico de la mañana, matando al menos a 37 personas e hiriendo a otras 170, de acuerdo con el presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky. El bombardeo a gran escala alcanzó zonas de la capital, así como de Dnipro, Kryvyi Rih, Slavyansk y Kramatorsk.
Se trata del mayor centro médico infantil de Ucrania y ha sido vital para el cuidado de algunos de los niños más enfermos de todo el país. Según el defensor de los derechos humanos ucraniano, Dmytro Lubinets, en el hospital se realizan cada año unas 7.000 intervenciones quirúrgicas, incluidos tratamientos contra el cáncer y enfermedades hematológicas.
Los videos del lugar de los hechos mostraban a voluntarios trabajando con la policía y los servicios de seguridad para abrirse paso entre los escombros mientras salía humo del hospital, y al personal describiendo cómo intentaban poner a salvo a los niños tras el ataque. El ministro de Salud ucraniano, Viktor Liashko, declaró que las unidades de cuidados intensivos, oncología y cirugía habían sufrido daños.
“La tarea clave aquí es sacar a la gente de los escombros y proporcionar asistencia a aquellos a los que podamos llegar, ya que ya hemos sacado a todos los primeros”, dijo en un post de Telegram.
Los ataques formaron parte de un inusual bombardeo a plena luz del día sobre ciudades ucranianas, algunas de las cuales son zonas densamente pobladas alejadas de las líneas del frente. Los ataques se produjeron un día antes de que el presidente estadounidense, Joe Biden, celebre en Washington una cumbre crucial de la OTAN, en la que se esperan nuevos anuncios sobre el apoyo militar, político y financiero de la alianza a Kyiv.
El Ministerio de Defensa de Rusia afirmó este lunes que Moscú había atacado “instalaciones industriales militares de Ucrania y bases aéreas de las fuerzas armadas ucranianas” con armas de largo alcance y alta precisión.
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