Este viernes, Estados Unidos anunció una actualización en los permisos de armamento para Ucrania, permitiendo ahora a sus fuerzas armadas atacar objetivos dentro de Rusia con misiles de largo alcance, bajo la premisa de actos de defensa propia. La medida amplía el frente de acción más allá de Kharkiv, pero no representa un cambio en la política general de la Casa Blanca.

El Pentágono destacó que esta decisión surge en respuesta a continuas ofensivas del Kremlin desde territorio ruso hacia sitios ucranianos, limitando la capacidad de Kiev para responder más allá de sus fronteras. Esta situación ha proporcionado a Rusia una “zona segura” desde donde operar, lo que ha motivado la necesidad de una respuesta ucraniana más contundente.

El general Pat Ryder subrayó que “si las fuerzas rusas están llevando a cabo operaciones desde el otro lado de la frontera para atacar a Ucrania, tiene sentido permitir que Ucrania responda en defensa propia”. Según Ryder, la medida no se trata de geografía, sino de sentido común ante las amenazas inminentes.

Charlie Dietz, otro vocero del Pentágono, respaldó esta postura afirmando que las tropas ucranianas tienen el derecho de utilizar sistemas de defensa aérea proporcionados por Estados Unidos para neutralizar cualquier amenaza aérea rusa que se dirija hacia objetivos en territorio ucraniano o incluso dentro del espacio aéreo ruso.

El presidente Joe Biden reafirmó con este anuncio el compromiso de Estados Unidos con la defensa de Ucrania, que ha estado bajo asedio desde febrero de 2022 debido a las acciones militares rusas. La medida busca fortalecer la capacidad de Ucrania para defenderse de las incursiones rusas desde cualquier punto que amenace su integridad territorial.