Las intensas lluvias en la provincia de Napo han acelerado la erosión regresiva en el río Quijos, lo que ha obligado a la paralización del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP), afectando significativamente la producción petrolera del país. Esta situación ha obligado a la empresa OCP Ecuador S.A. a detener sus operaciones desde el pasado 17 de junio de 2024, lo que ha conllevado al apagado de pozos petroleros y a una pérdida diaria de producción.
En respuesta a esta crisis, Petroecuador ha activado un plan de contingencia para mitigar los efectos de esta suspensión. La compañía ha procedido a llenar sus tanques de almacenamiento de crudo en varios puntos estratégicos y ha comenzado a apagar los pozos de donde se extrae el crudo Napo (pesado), que no puede ser transportado por el OCP.
La producción petrolera ha disminuido en aproximadamente 37,000 barriles diarios, afectando principalmente a los Bloques 43-ITT, 16 y 67 (Tivacuno), ubicados en la provincia de Orellana. No obstante, las operaciones y el bombeo a través del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), administrado por Petroecuador, continúan sin interrupciones.
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“El personal está trabajando ininterrumpidamente para proteger la infraestructura hidrocarburífera. Además, se ha previsto reprogramar las entregas de crudo pendientes de junio”, aseguró la petrolera estatal en un comunicado.
El 17 de junio, OCP Ecuador declaró fuerza mayor debido al riesgo creciente de daños en la infraestructura del oleoducto situada en la parroquia Gonzalo Díaz de Pineda, cantón El Chaco. Las fuertes lluvias han intensificado la erosión regresiva en los márgenes del río Quijos, un fenómeno natural que ya ha causado daños en oleoductos, poliductos y vías en las áreas afectadas. En el caso del río Coca, esta erosión también amenaza la infraestructura de captación de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair.
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