El experto en hidroeléctricas, Diego Ortiz, explicó que la falta de capacidad eléctrica en el país está estrechamente relacionada con la disponibilidad de agua, especialmente en las áreas hidroeléctricas. Ortiz señaló que mientras la vertiente amazónica disfruta de abundante agua, en la vertiente del Pacífico la disponibilidad es menor debido a cuencas más pequeñas.

Por otro lado, mencionó que la Asociación de Empresas Privadas de Generación y Autogeneración Eléctrica del Ecuador (Adegel) había advertido sobre posibles apagones en 2022, los cuales se materializaron en 2023 y continuarán en 2024 debido a la falta de capacidad de generación.

A pesar de que la generación hidroeléctrica en Ecuador contribuye al ahorro de combustible y a la reducción de la contaminación, Ortiz destacó que durante la temporada seca la generación hidroeléctrica no es suficiente debido a las características geográficas del país.

Mencionó el retraso en el proyecto Toachi-Pilatón y señaló que la central hidroeléctrica Minas-San Francisco está operativa, pero con una capacidad limitada. Asimismo, mencionó que Coca Codo Sinclair tiene una capacidad teórica alta pero logra producir solo la mitad debido a desafíos operativos. Además, destacó el papel de la central hidroeléctrica Paute en la generación eléctrica.

En cuanto al proyecto Cardenillo, Ortiz expresó su sorpresa por el retraso en su construcción a pesar de contar con diseños finalizados y la capacidad de generar 600 megavatios. Según él, Cardenillo sería una solución importante para la generación eléctrica del país, aprovechando caudales regulados y libres de sedimentos ideales para la operación hidroeléctrica.