¿Está usted de acuerdo con que las Fuerzas Armadas realicen control de armas, municiones, explosivos y accesorios, permanentemente, en las rutas, caminos, vías y corredores autorizados para el ingreso a los centros de rehabilitación social?

Con la letra F, está la sexta pregunta que los ecuatorianos responderán en las elecciones de este domingo 21 de abril del 2024. María Fernanda Noboa, doctora en Estudios Internacionales, académica e investigadora en Estudios de Seguridad, Defensa y Asuntos Militares, ofreció algunas orientaciones y desafíos que deben pensarse en cuanto al tema de control de armas.

De acuerdo al Global Initiative Against Transnational Organized Crime, el tráfico de armas está considerado como uno de los mercados más fuertes que mueve la criminalidad organizada en Ecuador. Por tanto, la experta resalta la importancia de diseñar estrategias, planes y operativos específicos, de manera articulada en los territorios, para evitar que este mercado negro de armas se vaya legitimando.

Critica que, luego del decomiso y todas las acciones de las Fuerzas Armadas en Ecuador, se hayan encontrado todo tipo de armas, municiones, gases, granadas y armamento de uso militar y policial dentro de las cárceles. Es así como considera importante que se custodien los principales corredores por donde movilizan las armas.

‘Insuficiente’

No obstante, el hecho de que gane el Sí -a su criterio- será una medida insuficiente porque el control de armas o el tráfico de armas, municiones, explosivos y accesorios, no resolverá por si solo el problema de la criminalidad en Ecuador. Si bien el hecho de tener armas le da valor al crimen organizado, manifiesta que el tráfico ha sido un negocio bastante rentable tanto para actores sociales como de las fuerzas policiales y militares, que ofertan las que han sido incautadas.

Ante ello, urgirá garantizar que quienes queden a cargo de custodiar las incautaciones sean personas “absolutamente probas, absolutamente limpias; gente que haya pasado medidas de confianza, porque este es uno de los mercados más apetecibles en Ecuador”.

Está a favor de que se realice el control de armas, municiones y explosivos en rutas y caminos, pero siempre que -una vez incautadas- se realice como una “cartografía” con el tipo y el lugar donde fue encontrada, para así determinar dónde se concentra el poder del fuego ilegal, que está circulando por el mercado negro.

Considera fundamental para el control del tráfico de armas, que el Estado conozca cuáles son los principales corredores y hacer un seguimiento. Por ejemplo, se sabe que estructuras transnacionales pasan de contrabando armas de alta tecnología, de fabricación estadounidense y mexicanas, desde el Perú a grupos armados colombianos a través del Ecuador.

Además, resalta la necesidad de una anticipación estratégica mediante un sistema de inteligencia, que permita cruzar información con Estados Unidos y países amigos sobre las rutas, “qué tipos de armas, cómo se están moviendo en la región, de qué forma se incautan en las zonas de frontera y a quiénes, es elemental”.

“El logro de un Estado no debe ser tener muchas armas incautadas, sino evitar que estas circulen libremente en su territorio”, concluyó.