Un inesperado giro tomó un macabro descubrimiento en las calles de Ñuñoa, Santiago, donde una maleta abandonada reveló un cuerpo de sexo femenino en estado de esqueletización avanzada. Lo que inicialmente se pensaba que podría tratarse de un crimen organizado, tomó un rumbo inusual cuando las pericias realizadas por la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) revelaron que se trataba de una monja fallecida hace un año debido a una enfermedad, que vivía con otras dos religiosas residentes de la zona.

El subprefecto de la PDI, Juan Luis Fonseca, informó a los medios que el hallazgo se produjo tras un meticuloso trabajo de investigación, donde se ubicó a una persona adulta mayor, una mujer religiosa de 80 años, quien depositó la maleta en la calle Los Talaveras en horas de la madrugada y se reunió voluntariamente con las autoridades.

Fonseca detalló que entre las religiosas existía un pacto de amistad, según el cual, si una de ellas fallecía, el suceso no sería denunciado ni registrado oficialmente. Sin embargo, la llegada de la hija de la religiosa de 80 años, proveniente del extranjero, habría sacado a la luz el macabro acuerdo, llevando al descubrimiento del cuerpo en la maleta.

El fiscal Francisco Lanas explicó que aún se están realizando pericias para determinar la causa de muerte de la persona dentro de la maleta, y que podría haber implicaciones legales para las religiosas involucradas en el caso.