Un grupo de policías ecuatorianos irrumpió la noche del viernes en la embajada de México en Quito y capturó al exvicepresidente Jorge Glas.
Glas, quien ocupó la vicepresidencia de Ecuador entre 2013 y 2018, fue condenado por la justicia ecuatoriana por corrupción y se encontraba refugiado en la embajada mexicana desde diciembre.
Tras el asalto, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ordenó la suspensión de las relaciones diplomáticas con Ecuador.
“Se trata de una violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de México”, aseguró el mandatario mexicano.
‘Defendí el honor y soberanía de mi país’
El embajador encargado de México en Ecuador, Roberto Canseco, se hallaba en la sede diplomática cuando comenzó el operativo policial y confrontó a los agentes.
“A riesgo de mi vida defendí el honor y soberanía de mi país. Esto no puede ser, es increíble que haya sucedido algo así”, aseguró a los medios.
“Estoy muy preocupado porque puedan matarlo (a Jorge Glas). No hay ningún fundamento para hacer esto. Estábamos por salir y de repente nos encontramos con policías, con ladrones que entraron en la noche en la embajada”, añadió.
Según la canciller mexicana, Alicia Bárcena, varios trabajadores de la embajada fueron agredidos en el incidente.
Un comunicado de la presidencia de Ecuador confirmó la detención de Glas y precisó que el exvicepresidente había sido “puesto a las órdenes de las autoridades competentes”.
Además, el texto oficial acusó a la embajada mexicana de haber “abusado de las inmunidades y privilegios” y denunció que el asilo diplomático concedido a Glas era “contrario al marco jurídico convencional”, reseña BBC Mundo.
“Ecuador es un país soberano y no vamos a permitir que ningún delincuente quede en la impunidad”, asegura el comunicado.
El asalto a la embajada de México en Quito ocurrió horas después de que el gobierno de López Obrador informara que le había concedido asilo político a Jorge Glas.
“El derecho de asilo es sagrado y estamos actuando en congruencia plena con las convenciones internacionales”, escribió la canciller Alicia Bárcena en la red social X.
“Otorgando asilo a Jorge Glas confío en que el gobierno de Ecuador disponga del salvoconducto cuanto antes”.
Sin embargo, el gobierno del presidente Daniel Noboa rechazó entregar el salvoconducto para que el exvicepresidente pudiera viajar a México, y horas después se produjo el incidente en la sede diplomática en Quito.
Reacciones
Xiomara Castro de Zelaya, presidenta de Honduras, escribió en su cuenta en X que el asalto a la embajada de México “con el objetivo de secuestrar” a Glas “constituye un acto intolerable para la comunidad internacional, dado que ignora el histórico y fundamental derecho al asilo”.
Castro repudió lo que considera como una “violación a la soberanía del Estado mexicano y al derecho internacional”.
Por su parte, el expresidente ecuatoriano Rafael Correa afirmó que: “Lo que ha hecho el gobierno de Noboa no tiene precedentes en la historia latinoamericana”.
“Ni en las peores dictaduras se ha violado la embajada de un país. No vivimos un Estado de derecho, sino un Estado de barbarie, con un improvisado que confunde la Patria con una de sus haciendas bananeras”, añadió en la red social X.
También responsabilizó a Daniel Noboa de la seguridad e integridad física y psicológica de Glas.
El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, calificó lo sucedido como “inaceptable” y “una vergüenza mundial”.
Pero el gobierno de Ecuador asegura que defiende la soberanía nacional sin permitir que nadie intervenga en los asuntos internos del país.
“Persecución política desde 2017”
Jorge Glas fue sentenciado en 2017 a seis años de cárcel como autor de un delito de asociación ilícita en la trama de corrupción por los sobornos de la empresa brasileña Odebrecht.
En 2020, la justicia ecuatoriana lo encontró culpable de ser instigador de un delito de cohecho pasivo agravado, por el que fue condenado a ocho años de prisión.
En noviembre de 2022, Glas obtuvo la libertad provisional tras un cumplimiento parcial de su condena de cuatro años y medio después de que su abogado presentara un recurso de habeas corpus.
Según la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, Glas acudió a la embajada mexicana el 17 de diciembre expresando “temor por su seguridad y libertad personal”.
Las autoridades judiciales de Ecuador habían citado al exvicepresidente para que compareciera sobre un caso relacionado con fondos públicos recaudados para ayudar a la reconstrucción de la provincia costera de Manabí después del terremoto de 2016.
Su abogado, Eduardo Franco Loor, denunció entonces una persecución política.
“Hay una persecución política desde el año 2017 escalada últimamente por la Fiscal General del Estado que arbitrariamente pretende procesar y detener a Jorge Glas, siendo él una persona inocente”, le dijo el abogado a la agencia de noticias Reuters.
Además de ser vicepresidente durante los gobiernos de Rafael Correa y Lenin Moreno, Glas desempeñó varios cargos durante el gobierno de Correa, quien, según analistas, lo llegó a considerar como su mano derecha.
En el caso conocido como “sobornos 2012-2016“, la justicia ecuatoriana también encontró a Correa culpable de un delito de corrupción y lo condenó, en primera instancia, a ocho años de cárcel.
El expresidente ecuatoriano Rafael Correa vive en Bélgica bajo asilo político. Se trasladó a esa nación, el país natal de su esposa, luego de dejar la presidencia en 2017.
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