En respuesta a un reciente reporte de inteligencia que ha destacado la necesidad de acciones preventivas, se ha puesto en marcha un plan de vigilancia intensificado en torno al exvicepresidente Jorge Glas, quien actualmente se encuentra refugiado en la embajada de México en Quito.
El exvicepresidente, liberado a finales de 2022 tras cumplir cinco años de cárcel por dos condenas por cohecho y asociación ilícita, enfrenta ahora un proceso por presunto peculado en el caso ‘Reconstrucción’ de Manabí, relacionado con el terremoto de 2016.
Desde su llegada a la sede diplomática mexicana en diciembre de 2023, Glas ha permanecido en calidad de refugiado, mientras espera la decisión sobre su solicitud de asilo. Sin embargo, a principios de enero de 2024, un juez ordenó su ingreso en prisión provisional por el caso de peculado.
En este contexto, se ha emitido un oficio detallando las actividades diarias relacionadas con la vigilancia del exvicepresidente. Se solicita encarecidamente el cumplimiento de recomendaciones específicas, en concordancia con la normativa legal vigente y las competencias institucionales pertinentes, particularmente en lo que respecta a los controles fronterizos.
El informe subraya la importancia de ejecutar controles fronterizos adecuados en los pasos autorizados y no autorizados, con el fin de prevenir cualquier intento de fuga por parte de los requeridos, en este caso, el exvicepresidente Jorge Glas, sujeto a una orden de localización y captura dentro de la causa penal por el delito de peculado.
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