Las cifras son escalofriantes. En los últimos 10 años, en Ecuador han sido asesinadas 1.698 mujeres por su condición de género. Todos estos casos han sido judicializados como femicidios. Esta figura se tipificó en el 2014 cuando se reformó el Código Integral Penal (COIP).
En ese entonces, las autoridades de la Fiscalía señalaban que la tipificación de este delito era la primera ley de protección a la mujer.
Pero 10 años después, las estadísticas revelan una cruda realidad. Los asesinatos contra mujeres se incrementan cada año. De hecho, en el 2023, 321 mujeres perdieron la vida de forma violenta. Es la segunda cifra más alta desde que se tipificó el delito, reseña El Telégrafo en un trabajo periodístico elaborado a propósito del Día de la Mujer.
Indican que de acuerdo a informes de organizaciones de mujeres, esta estadística alarma porque significa que una mujer es asesinada cada 27 horas en el país.
En el 2022, la cifra de femicidios fue la más alta en la historia. En ese año hubo 332 femicidios.
Por eso, cada 8 de marzo, organizaciones de derechos humanos y de mujeres como Cepam, la fundación Aldea, Cedhu, entre otras, realizan varias actividades para concientizar a la sociedad sobre la violencia hacia la mujer.
En estos eventos se exige “memoria, justicia y reparación” para las víctimas y sus familias.
Eso por ejemplo, exigieron decenas de personas a finales de febrero pasado, en Riobamba. El hallazgo del cuerpo de Danna Ramos, una niña de ocho años, en la cisterna de la casa de sus abuelos paternos, conmocionó a toda la ciudad y al país.
La noticia incluso trascendió fuera de las fronteras. El padre de la menor es el principal sospechoso y los informes policiales señalaron que fue asesinada por asfixia.
Las víctimas más jóvenes
El crimen de la pequeña Danna no es un caso aislado. Según las estadísticas de violencia, los asesinatos a niñas ocurren con más frecuencia en los últimos años. En el 2023, 31 víctimas fueron menores de edad. Pero uno de los datos que más asusta es que la víctima más joven fue una bebé de un mes y medio. Los reportes señalan que la bebé falleció tras recibir un disparo, en Durán.
En agosto, otra noticia escalofriante se conoció en Quinindé, Esmeraldas. Una menor de un año y seis meses fue asesinada por su padrastro. El hombre le habría propinado un machetazo en la cabeza de la niña.
La madre de la menor dijo a las autoridades que estaba discutiendo con ella cuando ocurrió todo. La pequeña falleció tras perder mucha sangre.
Otro caso que conmocionó al país fue el reciente hallazgo de los cuerpos de Briana y Génesis Campos, de 3 y 10 años de edad.
Las pequeñas fueron halladas sin vida en febrero pasado, pero fueron reportadas como desaparecidas desde octubre de 2023. Las niñas vivían junto a su madre en la comuna de María Magdalena, en la provincia de Carchi.
Las investigaciones revelaron que las niñas fueron asesinadas después de que su madre también fue asesinada. En este caso se trata de un triple femicidio y los principales sospechosos son el padre de las menores y la pareja sentimental de la madre de las niñas.
Asesinos tenían un vínculo sentimental
Una de las características que más sorprende es que los femicidas eran personas cercanas a las víctimas. De hecho, el 43% de los femicidios del 2023 fueron perpetrados por hombres que tenían un vínculo sentimental con las víctimas.
Ese fue el caso de Ledy, una joven de 30 años que vivía en Tena, la capital de la provincia del Napo. La mujer fue asesinada por su pareja, un policía en servicio activo, el pasado 20 de septiembre de 2023. Las investigaciones revelaron que el uniformado la apuñaló por más de nueve ocasiones.
Algo similar ocurrió con Karen, una joven de 22 años, que fue asesinada en septiembre en el sur de Quito. El principal sospechoso es el padre de su hija. Los informes policiales revelaron que la joven madre fue estrangulada, tras una discusión por las pensiones alimenticias de su pequeña.
La familia de Karen encontró el cadáver de la joven envuelto en sábanas. El hombre fue detenido y es procesado por femicidio.
En los dos casos, Karen y Ledy tenían niños que se quedaron con familiares más cercanos. Las estadísticas muestran que 108 de las mujeres asesinadas en 2023 eran madres, mientras que 15 estaban embarazadas cuando fallecieron.
Detrás de estas cifras existe una realidad oculta, cerca de 190 niños se quedaron en la orfandad por esta problemática.
Las zonas con más femicidios
Las provincias de la Costa concentran el 77% de los femicidios en el país. El mapa de violencia muestra que Guayas (91), Manabí (43) y Los Ríos (40) son las provincias con más asesinatos de mujeres.
En la Sierra, en cambio, la provincia de Pichincha lidera la cifra de femicidios, con 16 casos, seguida por Loja, Cotopaxi y Tungurahua con 7 casos cada una. En la Región Amazónica, Sucumbíos (5 casos) es la provincia con mayor número de femicidios.
En la Costa también preocupa la violencia extrema con la que son atacadas las víctimas. Una de los casos que conmocionó a Guayaquil fue el de Bélgica, una joven madre que fue atacada brutalmente por su expareja.
La joven fue asesinada mientras dormía con su hija y dos sobrinos. La Fiscalía informó que la mujer fue atacada con un cuchillo de cocina. El hombre habría ingresado a la casa y le propinó más de 47 puñaladas en todo el cuerpo. El sospechoso fue sentenciado a 34 años y ocho meses de prisión. La familia de la víctima contó que ella se había separado de su pareja ocho meses antes.
En diciembre pasado, en cambio, justo después de Navidad fue hallado el cuerpo de una joven en el cementerio general de Durán. Los informes policiales señalaron que la víctima estaba atada de manos y pies junto a una tumba. El cuerpo tenía signos de tortura.
Las armas del delito
De allí que se han hecho análisis de los femicidios y se conoció que la mayoría de crímenes (37%) son perpetrados con armas de fuego. En total, 215 mujeres fueron atacadas con pistolas, revólveres y hasta fusiles.
Estos ataques no discrimina edades. Hay reportes de niñas de 0 a 5 años que fueron asesinadas con disparos.
En cambio, el 27% de víctimas también fueron atacadas con armas blancas como cuchillos, machetes, entre otras. Y un tercer dato que también preocupa es que el 16% fallecieron por estrangulamiento. Es decir, los femicidas utilizaron sus manos para asfixiarlas.
La respuesta del Estado
Las cifras muestran que el uso de armas de fuego para perpetrar femicidios ha crecido exponencialmente, sobre todo desde el año 2021.
De allí que organizaciones como la Fundación Aldea ha advertido que, “a pesar de esta información, en Ecuador las instancias competentes se niegan a identificar estas formas de violencia contra las mujeres y niñas, que escalan en femicidios brutales y que sirven para enviar mensajes aleccionadores en barrios o comunidades. Los cuerpos de las mujeres y niñas se utilizan como botines de guerras entre bandas delincuenciales y el Estado se queda impávido sin ofrecer una respuesta preventiva y de protección”.
Desde el actual Gobierno se han informado acciones sobre seguridad para reducir las muertes violentas en general. El presidente Daniel Noboa ha ordenado a las Fuerzas Armadas que realicen operativos masivos para incautar armas ilegales.
Pero específicamente para prevenir la violencia contra la mujer y los niños se ha anunciado un programa que contará con la ayuda internacional. Este plan estará liderado por la primera dama Lavinia Valvonesi, quien estuvo hace pocos días en EE. UU. Allí se reunió con la primera dama de ese país y con organismos internacionales para obtener recursos técnicos y económicos no reembolsables para el proyecto de rescate a mujeres y niños en situación de violencia.
“Estoy muy feliz de poder decir que contamos con recursos técnicos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), también de la Panamericana Development Foundation (PADF), nos van a dar recursos técnicos y recursos económicos no reembolsables. Además, también estamos concretando recursos financieros no reembolsables de parte del Banco Mundial”, comentó a su regreso al país.
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