El Bitcoin, la criptomoneda más importante por valorización de mercado, se volvió a disparar este miércoles y se sitúa ya en su nivel más alto desde el 18 de noviembre de 2021 al superar los 60.000 dólares, tras sobrepasar el martes, los 57.100 dólares.
¿Por qué se dispara el Bitcoin?
1) Una inversión más segura. Según el analista Simon Peters, experto en criptoactivos de la plataforma de inversión eToro, la fuerza motriz detrás del movimiento sigue siendo la reciente aprobación de los ETF, los fondos cotizados en Bolsa, del Bitcoin en efectivo, vehículos que continúan adquiriendo la criptomoneda en cantidades significativas. Desde su lanzamiento, los ETF del Bitcoin al contado acumularon tenencias que representan más del 3% de todos los Bitcoins existentes actualmente. Por ello, el analista espera que continúe la actual tendencia y adelantó que es posible que alcance un nuevo máximo histórico, llegando a superar los 69.000 dólares en las próximas semanas.
2) Correlación con el Nasdaq. Por tratarse de una inversión de alto riesgo, los períodos alcistas para el Bitcoin se acoplan a los períodos de altas ganancias en los mercados tradicionales. Puntualmente, el Bitcoin replica y amplifica las alzas registradas en el índice tecnológico Nasdaq de Wall Street. El impresionante aumento de Bitcoin el año pasado, en más del 150%, estuvo acompañado por una ganancia de más de 40% en el panel tecnológico de las bolsas de Nueva York. En 2024 el Nasdaq avanza un 8% y el Bitcoin quintuplica esta suba.
3) Rompe una barrera “técnica”. Según el analista Simon Peters, experto en criptoactivos de la plataforma de inversión eToro, el Bitcoin se mantiene desde el pasado lunes por encima de los 57.000 dólares, que era el precio más alto desde diciembre de 2021. Ahora, en los USD 60.000recobra nueva fuerza alcista para alcanzar niveles del 11 de abril de 2021, día en el que se sitúo en 59.670 dólares, según datos de mercado.
4) Un bien escaso. Simon Peters destacó que actualmente el 70 % de todos los Bitcoin en circulación no se ha movido en más de un año y la cantidad disponible para compra en las Bolsas de compraventa está en el nivel más bajo desde principios de 2018.
5) En el radar de inversores institucionales. Para que Bitcoin cruce el reino fundamental de las seis cifras (USD 100.000), será necesario que prevalezcan una serie de catalizadores. Uno de los centrales será que los inversores institucionales incorporan a las monedas virtuales a su cartera de activos. Esto potencia por defecto al Bitcoin como puerta de ingreso, por ser la más popular y aceptada.
6) Mayor legitimidad. La reciente decisión de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC de los EEUU) de aprobar los ETF de Bitcoin al contado proporciona el tipo de legitimidad que muchos inversores esperaban. Y aunque la evolución del precio de Bitcoin decepcionó a muchos inversores inmediatamente después del fallo, está claro que el sentimiento del mercado está empezando a cambiar.
7) Protección contra la inflación. Si bien el oro ha sido la opción tradicional, las criptomonedas como Bitcoin ofrecen alternativas sólidas. En lugar de ser completamente a prueba de inflación, Bitcoin se denomina más exactamente resistente a la inflación. Con su oferta fija, Bitcoin se considera una sólida cobertura contra la inflación, potencialmente incluso superior al oro debido a sus perspectivas de crecimiento a largo plazo.
8) Cuidado con el “FOMO”. Este acrónimo que significa Fear of Missing Out -miedo a “quedarse fuera”, en castellano-. En el contexto de las criptomonedas, FOMO se refiere a la sensación de ansiedad o miedo que sienten los inversores cuando ven que el precio de un activo digital está aumentando rápidamente. Este miedo puede llevar a los inversores a tomar decisiones impulsivas, como comprar el activo a un precio inflado, con la esperanza de no perder la oportunidad de obtener ganancias. El FOMO es común en los mercados de criptomonedas, especialmente durante períodos de rápida apreciación de precios o durante la euforia colectiva en torno a una nueva criptomoneda o proyecto blockchain. Los inversores pueden sentir la presión de actuar rápidamente para no perder una oportunidad única, lo que puede llevar a decisiones financieramente irresponsables.
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