Por Jorge A. Gallardo Moscoso
Que no batan palmas los que de verdad quisieran que el mandato de Daniel Noboa concluyera antes de tiempo, porque el título de este comentario no tiene nada que ver con esa posibilidad. Está dirigido a que el primer mandatario abandone actitudes que sólo desgastarán y, por consiguiente, no contribuirán al mejor gobierno que los ecuatorianos, en general, con toda justicia y razón desean.
Sí, señor Presidente, desista, por ejemplo, de la consulta popular planteada. Existe coincidencia en que las preguntas formuladas podrían tener un trámite más expedito en la Asamblea Nacional. Públicamente comprometa a los bloques legislativos a que en el menor tiempo se apruebe el paquete propuesto por usted y que éste reciba de inmediato el ejecútese por parte suya para su vigencia. Entonces el país se habrá ahorrado unos 60 millones de dólares y la realización de la consulta no habrá sido necesaria. Endilgue, eso sí, la absoluta responsabilidad a los asambleístas por lo que suceda con su propuesta popular.
Rehúsese, señor Presidente, a confrontar con sus opositores políticos; eso es solamente pérdida de tiempo, pues por ahora, en un periodo tan corto de gestión, usted está obligado legal y moralmente a gobernar bien. Los problemas son tantos y muy graves, unos más que otros. Si se distrae en responder a todos los ataques su derrota está asegurada. Sus adversarios están súper interesados en meterlo al cuadrilátero y aniquilarlo, si usted no se sube no tienen con quién pelear. Esquívelos y el pueblo aplaudirá sus habilidades. Siembre ahora si quiere cosechar mañana.
Si no logra concretar la elevación del IVA, señor Presidente, encuentre otros caminos para conseguir el dinero que financie la lucha contra la inseguridad ciudadana y le permita enfrentar la crisis económica que agobia a los ecuatorianos. Adopte, como lo ha anunciado, la resolución histórica de focalizar los subsidios a los combustibles, ordene al SRI ser implacable contra los evasores de impuestos y que incorpore a los que están obligados a tributarlos, procure contribuciones especiales y excepcionales de personas naturales y empresas con niveles superiores de utilidades, gestione la prórroga legal de la explotación de crudo en el Yasuní ITT, no se detenga en su decisión de despedir y liquidar a la burocracia perniciosa y pipona. Si hacer estas cosas tocan intereses personales y particulares, no le importe. Demostrará que lo suyo es velar por el gran interés nacional.
Rechace, señor Presidente, cualquier intento de acuerdo con la delincuencia como se llame (común, organizada, terrorista, narcotraficante, coyotera, etcétera), combátala con severidad, redúzcala y procure erradicarla. Importantes éxitos de su gobierno serán la invitación efectiva para la inversión nacional y extranjera, que generará empleo y mejores condiciones de vida para todos. Renuncie a lo poco que le resta de paz, comodidad y tranquilidad. No huya a la tormenta, enfréntela y el país no lo olvidará jamás.
0 comentarios