Japón se vio afectado el lunes por un terremoto de magnitud 7.6 en su región central, desencadenando alertas de tsunami y obligando a miles de personas a buscar refugio en albergues. Hasta ahora, se ha confirmado la trágica pérdida de 48 vidas, con un número indeterminado de personas atrapadas bajo escombros de edificios derrumbados.
El sismo ocurrió alrededor de las 16:10 hora local (07:10 GMT), de este 01 de enero de 2024, generando advertencias de tsunami que posteriormente fueron desactivadas. Sin embargo, las secuelas incluyeron al menos 60 réplicas, complicando aún más la situación.
En la ciudad de Suzu, en la prefectura de Ishikawa, se informaron derrumbes de casas y postes eléctricos. Las principales autopistas cercanas al epicentro fueron cerradas, dejando a más de 36.000 hogares sin suministro eléctrico, según la empresa Hokuriku Electric Power.
El corresponsal de la BBC en Japón, Rupert Wingfield-Hayes, informó que cientos de metros de la autopista principal entre Toyama y Kanazawa quedaron destrozados por deslizamientos de tierra. Videos y fotos de residentes mostraron daños en carreteras y edificios, subrayando la extensión de la destrucción.
Alertas de Tsunami
Inicialmente, se emitió una alerta de tsunami significativa para la zona costera de Noto en Ishikawa, cerca del epicentro, con advertencias de olas de hasta 5 metros. Aunque estas advertencias se redujeron posteriormente a simplemente avisos, miles de personas fueron llevadas a centros de evacuación ante la amenaza. Las imágenes de televisión mostraron gráficos de “EVACUAR” en letras grandes, exhortando a los residentes a buscar zonas más elevadas a pesar de las condiciones climáticas invernales.
La mayor operadora de energía nuclear, Kansai Electric, aseguró que no se registraron “anormalidades” en las plantas nucleares de la zona afectada. Las autoridades nucleares confirmaron que no hay irregularidades en las plantas nucleares a lo largo del Mar de Japón. A pesar de las decenas de réplicas que siguieron al primer terremoto, no se informó de daños a las instalaciones nucleares.
Este incidente evoca el recuerdo del devastador terremoto y tsunami de 2011, que causó estragos en la costa este de Japón y dejó más de 18.000 personas fallecidas. Aunque las olas de este último evento no superaron un metro de altura, las autoridades están evaluando la magnitud total de los daños y preparando una respuesta eficiente para garantizar la seguridad y el bienestar de la población afectada.
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