Un terremoto de magnitud 6 sacudió el este de Afganistán la noche del domingo 31 de agosto, dejando hasta ahora más de 800 muertos y al menos 2.000 heridos, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCAH).
Las autoridades locales advierten que el balance puede aumentar, debido al aislamiento de aldeas enteras y la interrupción de las comunicaciones, reseña la BBC.
El epicentro se registró a 27 km de Jalalabad, en la provincia de Kunar, a una profundidad de apenas 8 km, lo que potenció su fuerza destructiva. La sacudida se sintió en Kabul y hasta en Islamabad, Pakistán.
En varias comunidades montañosas, las viviendas quedaron reducidas a escombros. “Un paciente cada cinco minutos”, relató el doctor Muladad, director del hospital en Asadabad, quien declaró la emergencia en el centro médico.
Operativos de rescate
- El gobierno talibán desplegó helicópteros militares para evacuar víctimas.
- Más de 100 vuelos han trasladado heridos hacia hospitales de Kunar y Nangarhar.
- Voluntarios se han movilizado para donar sangre, mientras que las lluvias recientes, inundaciones y deslizamientos dificultan las labores de rescate.
Ayuda internacional
La ONU, UNICEF, India, Pakistán y la Unión Europea han ofrecido asistencia. El Talibán señaló que no existen restricciones a la entrada de ayuda internacional y pidió priorizar recursos para las zonas más golpeadas. UNICEF ya tiene equipos en terreno para atender a la infancia afectada.
Afganistán, ubicado sobre fallas sísmicas activas y con infraestructura precaria, es altamente vulnerable a este tipo de desastres. En 2022, un sismo similar dejó más de 1.000 muertos. Autoridades locales temen que la cifra actual pueda alcanzar niveles comparables.
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