Un estudio científico encendió las alarmas en la Amazonía ecuatoriana: todas las especies de pescado analizadas en el mercado de El Coca superaron los límites recomendados de arsénico, mercurio y plomo, tres de los metales más tóxicos para la salud humana.
La investigación fue realizada por expertos de la Universidad de Las Américas, WWF Ecuador, el Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio) y la Universidad San Francisco de Quito, quienes recolectaron 17 especies de peces en los ríos Napo, Aguarico, Payamino y Putumayo. Tras el análisis, detectaron la presencia de 11 metales traza, incluidos metales pesados y metaloides.
Los resultados son preocupantes: en los bagres pequeños del río Payamino se hallaron altos niveles de cadmio, cromo, cobre y manganeso, posiblemente vinculados con la minería aurífera en la zona. En los bagres de mayor tamaño se registró una mayor acumulación de mercurio y arsénico.
Los investigadores calcularon siete índices de riesgo para la salud y concluyeron que el consumo prolongado de estas especies puede tener efectos graves: el mercurio afecta el sistema nervioso, el cadmio daña los riñones, el plomo se asocia con hipertensión y problemas cardiovasculares, mientras que el arsénico incrementa el riesgo de cáncer de piel.
La investigación subraya que el pescado es una de las principales fuentes de proteína animal en la región amazónica, pero advierte que la contaminación de los ríos, impulsada por actividades mineras, agrícolas e industriales, está comprometiendo la seguridad alimentaria de las comunidades locales.
Se trata de la primera evaluación de este tipo realizada en el norte amazónico y, aunque tuvo limitaciones de muestreo, los autores llaman a las autoridades de salud a implementar un monitoreo urgente de la presencia de metales traza en los peces que llegan a las mesas de los pobladores.
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