La crisis del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) no comenzó ahora, data algunas décadas. Quienes se empeñan en atribuirla al gobierno actual, mienten con descaro y sin ruborizarse pese al rabo de paja que poseen. Gobiernos de derecha e izquierda le han metido la mano al Instituto, unos más que otros (están muy bien identificados y son mejor recordados), y en todos los casos perjudicando a sus legítimos y únicos propietarios, los afiliados, testigos reales de su progresivo y vertiginoso deterioro, e inclusive de serlo, también, de su quiebra y desaparición.
Diario Expreso en una serie de entregas, resultado de una investigación, afirma que entre 2013 y 2025, por concepto de derivaciones a clínicas y centros de salud privados, el IESS ha egresado de sus arcas ocho mil millones de dólares. ¿No habría sido lo correcto y mucho más productivo que esa exorbitante suma de dinero se haya volcado al mejoramiento y modernización de la propia red hospitalaria, a la provisión idónea de medicamentos, a la contratación de especialistas, al saneamiento y eliminación de la red corrupta allí enquistada y empoderada?
Al gobierno en funciones no se le puede endilgar responsabilidad por lo encontrado, pero sí tendrá una gran parte de ella si en su periodo (2025-2029) no acomete, con urgencia e ímpetu grandioso, en todas las acciones que sean menester para, primero, sacar al IESS de la gravísima situación que acusa, y luego para, al tiempo de acabar con las mafias apropiadas de la entidad, realizar los cambios y servir a los afiliados con todas las prestaciones a las que tienen derecho y durante tanto tiempo se les ha negado.
Si al término de la gestión gubernamental el IESS ha sido transformado para bien de los ecuatorianos, la historia lo recogerá y le pondrá la máxima calificación. Si no lo hace, será sumado a los anteriores que cavaron, ya muy profundo, para sepultarlo. Que no se encuentren, entonces, excusas para justificar la indiferencia, la negligencia, la incapacidad e incompetencia, muy bien evidenciadas por los gobiernos que lo antecedieron.
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