Stephanie Macías, estratega en comunicación y crisis, evaluó la reciente cumbre organizada por Donald Trump en la Casa Blanca, que reunió a líderes europeos y al presidente ucraniano Volodimir Selenski. La especialista destacó que, aunque la reunión dejó señales de optimismo, las exigencias de Rusia complican un acuerdo definitivo de paz.

Durante el encuentro, Trump realizó una llamada a Vladimir Putin para avanzar en un acuerdo de alto al fuego, mientras Selenski expresó su disposición para un encuentro bilateral que concluya la guerra. Macías señaló que, pese a la intención de cese al fuego, las condiciones planteadas por Rusia —como la desmilitarización de Ucrania, la no adhesión a la OTAN y la cesión de territorios— dificultan cualquier negociación.

Según la especialista, el principal objetivo de Ucrania es obtener garantías de seguridad equivalentes a las que ofrece el artículo 5 de la OTAN, sin necesariamente ingresar a la alianza. Trump propuso coordinar con Europa estas garantías, mientras que Selenski respaldó la mediación estadounidense, calificando la conversación como positiva.

Macías subrayó que “pensar que una guerra puede llegar a su fin no significa perder la esperanza, pero el pragmatismo exige reconocer las limitaciones de cada parte”. Para la especialista, la complejidad del proceso radica en que las exigencias maximalistas de Rusia hacen difícil sentarse a negociar y mucho más firmar un acuerdo de paz.

El análisis de Macías refleja que, si bien la cumbre representa un paso hacia la paz, la consolidación del alto al fuego y las garantías de seguridad requerirán un esfuerzo conjunto y coordinación entre Estados Unidos, la Unión Europea y Ucrania.