El régimen de Nicolás Maduro escaló este miércoles sus ataques contra el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, al acusarlo de haber llegado al poder con el respaldo de redes criminales internacionales. La denuncia fue lanzada por Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional venezolana y uno de los principales portavoces del oficialismo chavista.
Durante una sesión extraordinaria, Rodríguez afirmó que el mandatario ecuatoriano habría contado con el apoyo del narcotráfico y de la mafia albanesa durante su campaña presidencial. “La República del Ecuador está cooptada por el crimen organizado, que ha infiltrado todos los espacios del poder”, aseguró ante los legisladores, sin presentar pruebas que respalden sus declaraciones.
El dirigente chavista sostuvo que estos grupos ilícitos habrían influido de forma decisiva en el resultado electoral de Ecuador y en la consolidación política de Noboa. Como parte de su intervención, anunció el inicio de una “ofensiva diplomática parlamentaria” para llevar estas acusaciones a foros internacionales y buscar el respaldo de otros países afines al régimen de Maduro. Según Rodríguez, se trata de una respuesta a lo que calificó como “una campaña de agresiones imperiales” dirigida contra Venezuela.
Fuentes políticas en Caracas señalan que esta ofensiva incluiría la presentación de denuncias en organismos regionales como la CELAC y la ALBA, además de una campaña mediática orientada a desacreditar al gobierno ecuatoriano. Hasta el momento, no existe constancia de que algún ente internacional haya iniciado investigaciones sobre las acusaciones realizadas.
El gobierno de Ecuador no ha emitido un pronunciamiento oficial frente a estas declaraciones. Sin embargo, en el entorno diplomático se interpreta como un nuevo episodio de tensión entre ambos países, en un contexto donde las relaciones bilaterales ya estaban deterioradas por diferencias ideológicas y políticas.
Analistas internacionales consideran que estas acusaciones forman parte de una estrategia del chavismo para desviar la atención de la crisis interna que atraviesa Venezuela y para reforzar su narrativa de confrontación con gobiernos que considera adversarios. En Ecuador, sectores políticos opositores han exigido al Ejecutivo que responda de manera firme y que defienda la imagen del país ante lo que califican como una “acusación infundada y difamatoria”.
La controversia también ha llamado la atención en medios regionales, que destacan el uso de la figura del narcotráfico como herramienta política en disputas diplomáticas. En este caso, las imputaciones desde Caracas se suman a un clima de creciente polarización en América Latina, donde la retórica de acusaciones sin sustento ha ganado terreno como estrategia de desgaste entre gobiernos de distinta orientación ideológica.
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