Municipales coimados

Ago 13, 2025

Por Juan Esteban Guarderas

La ciudad está entregada a las mafias. Así de simple. Así de claro. El resultado es la degradación de barrios enteros. Para ello basta recordar cómo fue que se perdió la zona rosa de Quito de la Plaza Foch. Otrora era el destino turístico de las noches quiteñas, ahora es un foco de crimen en el corazón de la ciudad. Antes, el lugar para recomendar a los visitantes nacionales y extranjeros que querían pasar un buen momento, mientras que actualmente es la alerta principal, “por ningún motivo, ni se les ocurra ir a esa zona”.

Y este desastre es – sin matices – culpa del Municipio. La pérdida de la Foch fue culpa de las alcaldías. Y esta administración no ha logrado ningún avance. ¿Cómo fue que se perdió el barrio? A punte de coimas.

Los bares y discotecas no respetaban los horarios. ¿Y los controles? Simple. Se les pasaba el billete a los municipales. ¿Licencias para la venta de alcohol? ¿Planes de evacuación por incendios? ¿Capacidades y aforos? Ningún problema.

Así, los bares ya no eran solo bares, eran antros. Se convirtieron en sitios sin Dios ni ley. Primero uno, luego otro, luego la manzana. ¿A quién sorprende que en poco tiempo se reproduzcan las noticias de robos, violaciones, abusos, estafas, venta de droga, etc.? Sin controles las zonas rosa se convierten en rojas y luego en zonas negras. No es necesario ser un urbanista o sociólogo para entenderlo.

¿Pero luego? Una vez que el barrio entero cayó en las manos del hampa, ¿qué hizo el Municipio? Puro plan pantalla. No atacó el fondo del problema.

Este feriado se me ocurrió la catastrófica idea de pasar por allí. Apenas entré en la calle Reina Victoria, ví un robo a dos pobres turistas. Una vendedora de cigarrillos que trabaja allí se acercó a comentar que los ladrones trabajan con los dueños del bar de donde salieron las extranjeras. Lo que ocurriría es que el personal de “seguridad” del local avisa a los criminales cuando hay visitantes con pinta de llevar billeteras abultadas.

Entonces surge la pregunta clave, ¿el Municipio no despliega soluciones reales porque no conocen las causas del problema? ¿Son tan malos profesionales que no se imaginan cuál es el orígen de la inseguridad, la venta de droga, etc.? O, ¿es que sí saben, pero hay funcionarios aceitados y con sabrosas coimas? ¿Hay desconocimiento o acolite?

La Plaza Foch es el reflejo ciclópeo de la “capacidad de control” del Municipio. Es un cartel de neon, un elefante, un monumento a la inoperatividad de la administración de la ciudad. No es sólo un caso – lo mismo está pasando en el centro histórico – sino el ejemplo más evidente de la degradación de Quito.

Mientras tanto el actual alcalde organiza fiestas y conciertos con la misma asiduidad que un estudiante universitario. Pan y circo para la gente.



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