El alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, solicitó formalmente al presidente de la Asamblea Nacional, Niels Olsen, ser recibido en el Pleno del Legislativo, en calidad de compareciente voluntario. Su pedido responde a una citación previa hecha por la Comisión de Biodiversidad para explicar el proyecto del paso a desnivel en la avenida del Bombero, en el sector Los Ceibos, una obra cuestionada por su posible impacto ambiental.
Álvarez no acudió a la sesión convocada el 31 de julio, argumentando que ese día cumplía agenda en la isla Puná, donde inauguraba obras de infraestructura. No obstante, a través de una carta enviada el 3 de agosto, expresó su voluntad de asistir ante el Pleno, aunque aclaró que lo hará sin reconocer competencia fiscalizadora por parte de la Asamblea, ya que, según sostiene, esta no tiene atribuciones para supervisar a las autoridades de los gobiernos autónomos descentralizados.
El alcalde invocó los artículos 131 de la Constitución y 78 de la Ley Orgánica de la Función Legislativa, así como el artículo 57 del COOTAD, para sustentar su posición. Aseguró que su comparecencia busca promover la transparencia y el diálogo institucional, pero sin admitir una fiscalización directa.
En su misiva, también solicitó que se le permita intervenir ante todos los legisladores, y no solo ante una comisión, para explicar temas que considera de interés nacional y responder preguntas si fuese necesario.
Desde la Asamblea, la presidenta de la Comisión de Biodiversidad, la legisladora oficialista Camila León, reaccionó cuestionando el pedido del burgomaestre. “Se nota el desconocimiento del alcalde en temas de biodiversidad. Le recuerdo que esta es la Asamblea Nacional y aquí decidimos dónde y cómo se comparece”, señaló.
La solicitud de Álvarez genera un nuevo cruce institucional entre el poder local y el Legislativo, en medio de un ambiente marcado por tensiones políticas y debates sobre los límites de la fiscalización. Ahora será el Pleno el que decida si atiende o no la petición del alcalde.
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