La muerte de dos personas y las heridas provocadas a otras seis —incluido un niño— durante la tercera etapa del Rally Vuelta al Ecuador, en Ambato, encendieron las alarmas sobre los protocolos de seguridad en este tipo de competencias.
El hecho ocurrió el 30 de julio en el sector de Aguaján, a tan solo 300 metros de la meta, cuando un vehículo perdió el control y se salió de pista impactando a los asistentes que se encontraban en una curva del trayecto.
Marcelo Ron, presidente de la Federación Ecuatoriana de Automovilismo y Kartismo, reconoció que aunque existen protocolos antes y durante las competencias, las normas deben reforzarse con carácter urgente.
En una entrevista con Ecuavisa, Ron anunció que se evaluará la instalación de vallas que no solo impidan el paso del público, sino también bloqueen la visibilidad en zonas de alto riesgo. La intención es evitar que los espectadores se ubiquen en curvas o puntos peligrosos para obtener una mejor vista de la carrera.
“Lamentablemente, la gente, por ver mejores curvas, se pone en sitios que no son adecuados y a veces las consecuencias son fatales”, lamentó.
Actualmente, el sistema de seguridad cuenta con cinco vehículos que recorren previamente el trayecto. El primero lo hace cinco horas antes del inicio y el último pasa entre 10 y 15 minutos antes de que arranque la competencia. En estos recorridos, el personal ubica los puntos peligrosos y los marca con cintas de color rojo y amarillo.
Pero una vez iniciada la carrera, no hay más acciones de control para impedir que el público se mueva hacia zonas peligrosas, lo cual ha quedado en evidencia como una falla crítica.
Tras el siniestro, se activó una póliza de responsabilidad civil para cubrir los gastos generados por el accidente. La compañía de seguros ya fue notificada y se espera que tome contacto directo con los afectados.
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