Quito enfrenta la peor emergencia por cortes de agua potable en su historia reciente. Desde hace una semana, seis parroquias del sur no tienen servicio y el Municipio inició el 17 de julio la instalación de una nueva tubería en el sistema La Mica-Quito Sur.
El alcalde Pabel Muñoz informó que el agua potable llegará por completo hasta el próximo martes. “No es que se abre la llave y llega inmediatamente. El domingo abrimos y empieza a abastecerse, pero terminará de llenarse entre la noche del lunes y la mañana del martes”, explicó.
Inicialmente se había ofrecido restituir el servicio entre la noche del sábado y la mañana del domingo, pero la gente afectada tendrá que esperar más. El agua debe recorrer 47 kilómetros por al menos ocho horas hasta llegar a la planta de tratamiento El Troje y de ahí abastecer al sur de Quito.
Tras la colocación de los 35 tubos de polietileno de alta densidad, el proceso técnico incluye la llegada del agua al reservorio de 7 mil metros cúbicos, la aplicación de sulfato de aluminio para coagulación y su paso por floculación, sedimentación, filtración y desinfección. La calidad del agua será revisada cada dos horas.
Cuando llegue a los hogares, los afectados deberán dejar las llaves abiertas por unos segundos para que se drene el agua turbia. Solo después estará lista para consumo. Las autoridades advierten que el clima podría retrasar más el proceso.
Los trabajos incluyen la instalación de 350 metros de nueva tubería en el páramo Antisana, luego del deslave del 9 de julio. Ya se han retirado 155 mil metros cúbicos de tierra y se ha completado el 55 % de la plataforma para la nueva tubería.
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