El Municipio de Loja declaró este lunes el estado de emergencia ante una de las peores crisis de abastecimiento de agua potable que ha vivido la ciudad en los últimos 15 años. Las intensas lluvias han provocado deslizamientos de tierra que destrozaron los sistemas de captación y conducción del líquido vital, dejando sin servicio a alrededor de 70 sectores urbanos.
Las zonas más afectadas corresponden a las plantas de tratamiento de Pucará, Carigán y Curitroje, pilares fundamentales del suministro para Loja. En Chirimoyo, los derrumbes arrastraron más de 200 metros de tubería, interrumpiendo la conexión con Carigán. Los trabajos de reparación se desarrollan con maquinaria pesada, soldados del Ejército y cuadrillas de emergencia que deben trasladar repuestos a pie por caminos inestables, reseña Ecuavisa.
Mientras tanto, el Cuerpo de Bomberos ha desplegado sus estaciones en los sectores norte, centro y sur para distribuir agua potable a la población. El reparto también se realiza mediante tanqueros y camionetas cisterna.
Cinco parroquias del suroccidente ya han recuperado el servicio, pero gran parte de la ciudad sigue sin acceso regular al agua, agravando una situación que golpea a miles de familias.
La emergencia no se limita al sistema de agua. Las lluvias también han devastado la red vial, especialmente en las zonas de Solamar, Jimbilla y Rumishitana, donde carreteras han colapsado o quedado totalmente intransitables. Numerosas comunidades rurales, dedicadas a la agricultura, permanecen incomunicadas desde el fin de semana. El tránsito vehicular está suspendido y solo se permite el paso peatonal.
Frente a la magnitud del desastre, las autoridades locales piden apoyo urgente del Gobierno central para acelerar la reparación de la infraestructura y evitar una crisis humanitaria en la ciudad.
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