El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró este viernes que podría alcanzarse un nuevo alto el fuego en la Franja de Gaza en cuestión de días. “Acabo de hablar con algunas de las personas involucradas. Lo que ocurre en Gaza es terrible. Creemos que en la próxima semana lograremos un alto el fuego”, dijo durante un acto en la Casa Blanca con motivo de la firma de un acuerdo de paz entre Ruanda y la República Democrática del Congo.
Trump reconoció que, aunque “en teoría” su país no es parte directa del conflicto entre Israel y Hamas, “en la práctica sí” se han visto obligados a intervenir debido a la gravedad de la situación humanitaria. “La gente está muriendo. Hay multitudes sin comida, sin nada. Y somos nosotros los que estamos llegando con ayuda”, enfatizó el mandatario, al tiempo que criticó la falta de colaboración de otros países: “No están ayudando como deberían”.
El presidente estadounidense también lanzó duras críticas al grupo Hamas, acusándolo de apropiarse de la ayuda enviada. “Quienes supuestamente deberían cuidar de su gente están robando la comida y vendiéndola”, denunció desde el Despacho Oval.
Trump recordó que su gobierno ha estado enviando asistencia a la población gazatí en medio del conflicto. Solo esta semana, EE.UU. aprobó 30 millones de dólares para apoyar la distribución de alimentos y suministros a través de la Fundación Humanitaria para Gaza, una iniciativa respaldada por contratistas de seguridad estadounidenses y fuerzas israelíes.
Pese a los esfuerzos por alcanzar un nuevo cese al fuego, la situación en Gaza sigue siendo crítica. Las operaciones militares israelíes continúan como parte de su ofensiva contra Hamas, en represalia por el ataque del 7 de octubre de 2023, en el que murieron más de 1.200 personas en Israel —en su mayoría civiles— y 251 fueron secuestradas. Según el ejército israelí, al menos 27 rehenes murieron en cautiverio.
El anterior alto el fuego colapsó en marzo, pero Trump confía en que pronto pueda restaurarse una tregua que alivie la crisis humanitaria. “Estamos trabajando intensamente. Queremos una solución. Estamos ayudando porque tenemos que hacerlo”, afirmó.
Esta declaración llega en medio de un escenario internacional complejo, donde EE.UU. busca reforzar su papel como mediador y proveedor de ayuda en conflictos que aún no encuentran salida diplomática.
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