Un nuevo hecho violento sacudió este martes 24 de junio al sistema penitenciario ecuatoriano. Daniel Salcedo Bonilla, sentenciado por múltiples casos de corrupción y considerado una figura clave en la investigación del asesinato de Fernando Villavicencio, fue víctima de un intento de asesinato dentro del Centro de Rehabilitación Social de Riobamba. Su hermano, Noé Salcedo, quien cumple condena en el mismo penal, resultó herido al intentar defenderlo.

Según informó el coronel del Ejército, Carlos Ayala Moncayo, el ataque fue perpetrado por al menos cuatro personas que intentaron ingresar a la celda de los hermanos con un arma de fuego y armas blancas. En el enfrentamiento, Noé fue alcanzado con disparos y puñaladas, por lo que tuvo que ser trasladado a una casa de salud bajo fuerte custodia militar. Su estado es estable, según reportes oficiales.

Tras el intento de asesinato, se desplegó un operativo de control dentro de la prisión. Militares y policías ejecutaron una requisa que permitió decomisar un arma de fuego, municiones y cuchillos. “Tenemos identificadas a las personas que querían atentar contra la vida de este PPL (persona privada de libertad)”, confirmó a Ecuavisa el coronel Ayala.

El Servicio Nacional de Atención Integral a Privados de Libertad (SNAI) informó que Daniel Salcedo se encuentra “sin lesiones que afecten su integridad física” y permanece bajo resguardo. El traslado de Salcedo a la cárcel de Riobamba se realizó apenas el pasado domingo desde La Roca, en Guayaquil.

La figura de Daniel Salcedo ha cobrado notoriedad no solo por las condenas que acumula —más de 32 años de prisión por peculado, lavado de activos, delincuencia organizada, fraude procesal y otros delitos—, sino también por su supuesta vinculación en el crimen del excandidato presidencial Fernando Villavicencio. Su nombre fue mencionado recientemente por el abogado Lenin Vimos, implicado en el caso Plaga, como parte de una red detrás del asesinato.

De acuerdo con su defensa, Salcedo está dispuesto a colaborar con la justicia, aunque tanto él como su abogado han denunciado amenazas y hostigamientos. Incluso habrían recibido pasquines intimidatorios, lo que motivó la presentación de una denuncia ante la Fiscalía General del Estado.

La presencia de armas dentro de la cárcel, pese a continuos operativos, vuelve a poner en entredicho la seguridad del sistema penitenciario. “Lamentablemente seguimos encontrando armamento dentro de los pabellones”, reconoció el coronel Ayala.