¿Democracia o simulacro? Reforma electoral revive fórmula que ya fue declarada inconstitucional

Jun 24, 2025

La reciente reforma al Código de la Democracia aprobada por la Asamblea Nacional ha desatado un intenso debate sobre la legalidad, legitimidad y consecuencias políticas de sus disposiciones, en particular el retorno al método de D’Hondt para la asignación de escaños.

En el programa Ecuadorenvivo, Alfonso Pérez Serrano conversó con el abogado Mauricio Alarcón Salvador, director de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, sobre los riesgos de que esta reforma no fortalezca la democracia sino que la debilite, al favorecer coyunturas de poder por encima del interés institucional.

Alarcón cuestionó la pertinencia de modificar las reglas electorales cuando ya está en curso el calendario electoral. Recordó que el método D’Hondt fue declarado inconstitucional en 2004 por no garantizar la representación de las minorías. “No se puede justificar que una fórmula rechazada por su sesgo mayoritario vuelva a aplicarse simplemente porque ahora conviene a ciertos bloques políticos”, afirmó.

El especialista advirtió que la democracia no se fortalece concentrando el poder en dos grandes bloques, ni suprimiendo el financiamiento público sin prever los riesgos de financiamiento ilegal o del crimen organizado. También señaló como alarmante que esta reforma pueda servir para prorrogar mandatos de autoridades en funciones prorrogadas, como en el caso del CNE y la Judicatura.

Alfonso Pérez Serrano destacó el rol que ha jugado la mayoría oficialista, obtenida a través de alianzas coyunturales, en la aprobación de esta reforma. “Cuando se usa una mayoría para imponer leyes sin debate ni consensos, lo que se erosiona es la institucionalidad”, sostuvo.

El diálogo incluyó una dura crítica al transfuguismo político, al uso del poder legislativo como extensión del Ejecutivo, y a la falta de ideología y programa en movimientos como ADN, cuya génesis —según se recordó— estuvo vinculada a actores del correísmo.

Para ambos panelistas, la seguridad jurídica, la independencia judicial y la representación efectiva son pilares que hoy están en riesgo. “Tenemos una democracia que legisla por coyuntura, no por necesidad social ni visión de Estado”, concluyó Alarcón.

El llamado final fue claro: sin reglas estables y sin instituciones independientes, lo que existe no es democracia, sino una simulación de ella.



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