El asambleísta Andrés Castillo, en entrevista con Ecuadorenvivo, lanzó una dura advertencia sobre el rumbo político del país: “El sistema está secuestrado, no hay voluntad real de limpiar la corrupción”. Denunció que la Asamblea Nacional no ha logrado romper con las prácticas del pasado y que los actuales acuerdos políticos —encabezados por el correísmo y respaldados tácitamente por otras bancadas— están diseñados para asegurar impunidad.
Castillo criticó con firmeza que, a pesar de la gravedad del caso Glas, la Asamblea no haya hecho uso de sus facultades para exigir responsabilidades. “Tenemos a un vicepresidente condenado por corrupción fugado de la cárcel, pero aquí seguimos haciendo como si nada”, señaló. En su criterio, el silencio institucional responde a un “pacto de no agresión” entre las fuerzas políticas, que prefieren mantener la estabilidad de sus cuotas de poder antes que enfrentar al correísmo con firmeza.
El legislador, miembro del bloque Construye, denunció que se está reeditando la lógica de “reparto de cargos y silencio a cambio de impunidad”, y cuestionó que los grandes temas nacionales —como la inseguridad, la economía o la reforma institucional— hayan sido desplazados por cálculos políticos y una estrategia de supervivencia de las élites partidarias.
Además, Castillo hizo un llamado al Ejecutivo para que impulse una consulta popular orientada a una reforma profunda del sistema político. “Lo que hay que cambiar no es solamente la correlación de fuerzas en la Asamblea, sino las reglas del juego. Con estas reglas, siempre gana la impunidad”, afirmó.
Durante la entrevista también advirtió sobre la manipulación del discurso anticorrupción, convertido —según dijo— en “una herramienta de chantaje entre bloques”. En su opinión, mientras se mantiene la inercia del reparto, el país sigue retrocediendo frente a un crimen organizado que infiltra instituciones, corrompe funcionarios y desafía al Estado.
Castillo concluyó con un mensaje al Gobierno del presidente Daniel Noboa: “No basta con marcar distancia del correísmo en el discurso; se requiere decisión política para desmontar los pactos que lo sostienen”.
La entrevista deja en evidencia la profundidad de la crisis institucional ecuatoriana y la urgencia de una reacción política real. Sin acciones firmes, el sistema seguirá reproduciendo las condiciones que hoy impiden combatir la corrupción con eficacia.
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