Las semillas de calabaza, también conocidas como pepitas, se consolidan como un superalimento gracias a su alto contenido de nutrientes esenciales y propiedades que favorecen diversas funciones del organismo. Su inclusión en la dieta ha sido respaldada por estudios científicos que destacan sus beneficios para la salud cardiovascular, metabólica, digestiva y mental.

Expertos en nutrición coinciden en que estas semillas aportan proteínas de alta calidad, grasas saludables, fibra, antioxidantes y minerales como magnesio, zinc, fósforo y hierro. Este perfil nutricional convierte a las pepitas en un alimento completo que contribuye a la prevención de enfermedades crónicas.

Uno de los beneficios más destacados es su efecto sobre la salud del corazón. Gracias a su contenido de ácidos grasos insaturados y antioxidantes, ayudan a reducir el colesterol LDL y favorecen la circulación sanguínea. Asimismo, el magnesio presente en estas semillas es clave para mantener una presión arterial equilibrada.

En el ámbito metabólico, las semillas de calabaza contribuyen a regular los niveles de glucosa en sangre, lo que las convierte en una opción recomendable para personas con resistencia a la insulina o riesgo de diabetes tipo 2. Además, su fibra favorece la digestión y mejora el tránsito intestinal.

Otro de sus atributos es el impacto positivo sobre la salud prostática y urinaria. Investigaciones preliminares sugieren que su consumo regular puede aliviar los síntomas de la hiperplasia prostática benigna, debido a la presencia de zinc y fitoesteroles.

También se han identificado beneficios en el descanso y el estado de ánimo. Contienen triptófano, un aminoácido precursor de la serotonina y melatonina, hormonas relacionadas con el sueño y el bienestar emocional. A esto se suma su aporte de magnesio, que ayuda a reducir el estrés y la tensión muscular.

Nutricionistas recomiendan consumirlas tostadas o al natural, sin sal añadida, y combinarlas con ensaladas, yogur, avena o batidos. Incluso el aceite extraído de estas semillas puede utilizarse como aderezo saludable.

Las pepitas, más allá de su popular uso en recetas dulces con sabor a calabaza, se presentan como una opción accesible y eficaz para complementar una dieta balanceada. Su versatilidad y densidad nutricional las posicionan como un alimento funcional que va ganando protagonismo en hábitos alimenticios conscientes y preventivos.